Editorial Mediotiempo
Ciudad de México
“¿En dónde están los alemanes que nos iban a ganar?”, se preguntaron los aficionados mexicanos una y otra vez mientras gritaban y celebraban en el Ángel de la Independencia el triunfo histórico de la Selección Mexicana ante Alemania, en su debut en el Mundial de Rusia 2018.
Banderas tricolores, penachos, cornetas y uno que otro sombrero lucieron en los seguidores nacionales que coreaban al equipo nacional.
Y por qué no, también le dedicaron al conjunto teutón la nueva canción inventada en el folclor nacional y a todo pulmón decían: ‘Alemania lo sabe, le toca la de Zague’.
Niños, adultos, gente de todas las edades dio vueltas al mítico monumento que, estoico, era testigo de la marea verde que inundaba más allá de la Glorieta de la Palma.
Para la sed había varias opciones, comprar una deliciosa nieve de limón, llevar sus propias cervezas o de plano aceptar un trago de tequila cortesía de Manuel que invitaba un poco de la bebida de agave.
Y porque la victoria se comparte, también llegaron invitados de otras nacionalidades, como Bradley, quien es estadounidense y aprovechó el festejo para manifestar su apoyo al equipo de Concacaf. Como él también hubo colombianos, chinos y uno que otro argentino.
Así fue el festejo en el Ángel de la Independencia, que no se salva de la multitud cada vez que hay un triunfo de México.
Banderas tricolores, penachos, cornetas y uno que otro sombrero lucieron en los seguidores nacionales que coreaban al equipo nacional.
Y por qué no, también le dedicaron al conjunto teutón la nueva canción inventada en el folclor nacional y a todo pulmón decían: ‘Alemania lo sabe, le toca la de Zague’.
Niños, adultos, gente de todas las edades dio vueltas al mítico monumento que, estoico, era testigo de la marea verde que inundaba más allá de la Glorieta de la Palma.
Para la sed había varias opciones, comprar una deliciosa nieve de limón, llevar sus propias cervezas o de plano aceptar un trago de tequila cortesía de Manuel que invitaba un poco de la bebida de agave.
Y porque la victoria se comparte, también llegaron invitados de otras nacionalidades, como Bradley, quien es estadounidense y aprovechó el festejo para manifestar su apoyo al equipo de Concacaf. Como él también hubo colombianos, chinos y uno que otro argentino.
Así fue el festejo en el Ángel de la Independencia, que no se salva de la multitud cada vez que hay un triunfo de México.