Editorial Mediotiempo
Monterrey
Ambiente de tristeza se respira en el sitio donde este domingo previo al Clásico Regio 117 fue agredido un aficionado de Tigres por seguidores de Rayados, dejándolo inconsciente y con heridas de gravedad.
Las piedras que se arrojaron las aficiones siguen en el lugar de los hechos, hasta pedazos de vidrio de botella permanecen en la banqueta y manchas de sangre en el pavimento en donde quedó tendido Rodolfo Manuel Palomo Gámez, el joven de 21 años que permanece grave en el hospital.
Ante esto, el sentimiento de fe y esperanza también se asoma en la avenida Aztlán, pues sobre la banqueta amigos del afectado y ciudadanos que ni siquiera conocen a Palomo Gámez, acudieron a dejar rosas, veladoras y un par de playeras de Tigres, pidiendo a Dios que el seguidor auriazul se restablezca.
“La pelota no se mancha #Bastadeviolencia”, se lee en un papel pegado a una de las veladoras encendidas.
Mientras tanto, peatones y automovilistas que por ahí circulan se detienen a ver y algunos se atreven a preguntar por la salud de Palomo Gámez y pidiendo justicia a las autoridades para que castiguen a los agresores.
Las piedras que se arrojaron las aficiones siguen en el lugar de los hechos, hasta pedazos de vidrio de botella permanecen en la banqueta y manchas de sangre en el pavimento en donde quedó tendido Rodolfo Manuel Palomo Gámez, el joven de 21 años que permanece grave en el hospital.
Ante esto, el sentimiento de fe y esperanza también se asoma en la avenida Aztlán, pues sobre la banqueta amigos del afectado y ciudadanos que ni siquiera conocen a Palomo Gámez, acudieron a dejar rosas, veladoras y un par de playeras de Tigres, pidiendo a Dios que el seguidor auriazul se restablezca.
“La pelota no se mancha #Bastadeviolencia”, se lee en un papel pegado a una de las veladoras encendidas.
Mientras tanto, peatones y automovilistas que por ahí circulan se detienen a ver y algunos se atreven a preguntar por la salud de Palomo Gámez y pidiendo justicia a las autoridades para que castiguen a los agresores.
