Y esto fue precisamente lo que le pasó a un pequeño recogepelotas en la Superliga de China, que justo al momento de escuchar el silbatazo final rompió en llanto tras consumarse el descenso del Guizhou Zhicheng, quien cayó ante el Guangzhou R&F.
Pero ese dolor no solo fue del pequeño, pues se extendió por todo el inmueble, y literal era un mar de llanto, cuando muchos aficionados no controlaban las lágrimas por perder la categoría; incluso algunos jugadores del club intentaron consolarlo, pero era inútil ante tal escenario.