Unos 80 mil afortunados, embanderados y con camisetas celeste y blancas, se regocijaron de poder ver en persona a la selección argentina, comandada por el capitán Lionel Messi, reciente campeona del mundo en Qatar 2022, en un partido amistoso convertido en una fiesta a toda orquesta ante Panamá.
Lautaro Vidal, un trabajador petrolero de Río Negro, 900 km al sur, quien dejó de lado la clásica rivalidad del futbol argentino, viajó especialmente para asistir al partido junto a una amiga. Lleva una bandera en la que conviven la imagen del fallecido y legendario Diego Maradona y Messi: "Son los dos más grandes de la historia", lanza.
El resultado del partido amistoso entre Argentina y un equipo suplente de Panamá es lo de menos para estos hinchas que lograron comprar una entrada entre más de un millón y medio de personas que hicieron fila virtual para adquirirlas por internet.
AGUANTE ARGENTINA, CARAJO. ???????? pic.twitter.com/AsqkxkrQcT
— Ataque Futbolero (@AtaqueFutbolero) March 23, 2023
El partido es una mera excusa para celebrar y verlos de más cerca que cuando en diciembre regresaron triunfantes de Qatar. Entonces, unas 5 millones de personas desbordaron las calles de Buenos Aires para celebrar el título con la selección, pocos días después del triunfo de Argentina frente a Francia en la final.
En su propia cancha
Esta es la primera vez que Messi y su ballet salen a la cancha en su propio país desde que sumó la tercera estrella a Argentina, luego de Argentina-1978 y México-1986.
Desde muchas horas antes de la pitada inicial, las puertas del estadio Monumental en Buenos Aires se abrieron y un incesante movimiento de camisetas albicelestes llenó las calles aledañas. Aunque no todas fueron buenas noticias, según relató a AFP una mujer decepcionada.
"Pudimos pasar hasta acá, pero nos dijeron que eran truchas (entradas falsificadas). Nos quedamos al menos para estar cerca. Además de la plata que gastamos nos da pesar por los chicos".
