
En México, el equipo de nado sincronizado vivió una situación similar, que, por falta de apoyos, tuvo que recurrir a la vendimia para costear algunas de sus competencias internacionales, aunque, para su buena fortuna, un juez ordenó brindarles los recursos para su preparación.
Y ahora algo similar se suscitó en Argentina, en el futbol femenil, sólo que, en su caso, las integrantes de un equipo decidieron renunciar, después de que tampoco eran apoyadas por el club, esto desde hace ya tiempo.
ESTE NO ES EL CAMINO, LOS CLUBES TIENEN QUE ACOMPAÑAR EL CRECIMIENTO ❌
— Localía Femenina (@LocaliaFemenina) August 4, 2023
Las jugadoras de Argentino de Rosario no seguirán representando al club debido a una serie de lamentables situaciones que tuvieron que vivir. pic.twitter.com/iXY9UJYPyU
Las jugadoras de Argentino de Rosario sacudieron al deporte local, pues sorprendieron con la decisión tomada por el plantel.
Estas chicas, que son parte de una escuadra que milita en la Primera B de AFA, emitieron un escrito para manifestar su hartazgo con la dirigencia del club y presentaron su dimisión.
“Hemos trabajado durante dos años y medio como verdaderas profesionales, independientemente de no percibir un sueldo, y hemos dejado al club en lo más alto, peleando dos Finales de campeonato y ascensos; generando reconocimiento para la institución en el futbol femenino de la ciudad y el país”.
Denunciaron no haber sido “valoradas como futbolistas y deportistas”, y sostuvieron que la comisión directiva les hizo falsas promesas con respecto a sus sueldos, aunque éstos no llegaron y ya están cansadas.
“Al comenzar el año tuvimos algunas reuniones con el club en las que se nos prometió igualdad con el plantel masculino, pero a medida que comenzó a transcurrir el tiempo, quedó de manifiesto que esto no iba a ser cierto”.
¿Cómo costeaban sus actividades?
Las inconformes detallaron que ellas mismas tenían que realizar actividades extra para conseguir dinero y solventar la funcionalidad del club.
“Nos encargamos de organizar rifas, vender pizzas, buscar sponsors y pedir subsidios a la municipalidad con el objetivo de ir sosteniendo las condiciones básicas para seguir siendo el equipo competitivo que siempre fuimos.
“Realizamos nuestros conjuntos de ropa para poder representar correctamente a la institución; varias veces debimos pagarnos la comida cuando nos tocaba viajar a jugar a otras provincias; estudios médicos que corrían por nuestra cuenta, viáticos a jugadoras pendientes. Como si todo esto fuera poco, alquilamos nosotras mismas un predio para entrenar, ya que la cancha no podemos utilizarla demasiado para ‘no arruinarla, ya que al masculino lo televisan’, como nos dijeron”.