El tiempo pondrá todo en su lugar y a cada uno en el puesto que merece. En el caso de Toni Kroos, el espacio no está definido aún pero podemos especular que la historia lo juzgará como uno de los mejores mediocampistas y aquel capaz de remar tranquilo en un mar intempestivo.
Por momentos, parecía que en el campo solo existían Toni, sus Adipure 11Pro y un balón, elementos capaces de convertir momentos de partido ordinarios en aquellos extraordinarios que, a los amantes del futbol, se nos quedarán para siempre en la memoria.
La clase y la elegancia no se hurtan, quizás sea algo muy alemán, pero Kroos expedía esos aires de señorío que tanto van con el Real Madrid y la selección de Alemania, un jugador distinto, chapado a la antigua y, quizás, hasta fuera de época, pero jamás fuera de ritmo porque, su mente, su dedo índice y sus dos pies, dirigieron muchas veces la sinfonía perfecta.
Toni sabía en qué momento meterse entre los centrales para darle salida a su equipo, cuándo mandar un trazo largo a la espalda de los centrales o, simplemente, el instante preciso para tocar hacia atrás en un pase sencillo pero no descifrable para cualquiera.
Aunque, sobre todo, Toni Kroos jamás cedía a la presión, dentro del terreno de juego con dos o tres rivales encima, y fuera de él, con posturas en contra de llevar la Supercopa de España a Arabia Saudita o la crítica hacia la cantidad de partidos excesiva que tenían que encarar los futbolistas en todo el mundo.
Y es que es imposible odiar al 8 merengue, así seas del Barcelona, como imposible negar su calidad y la maestría con la que era capaz de jugar y hacer jugar, acompañado por los también históricos Luka Modric y Casemiro, o ya en épocas más recientes por Fede Valverde, su más ferviente admirador, Aurelien Tchouameni o Eduardo Camavinga, así como por Sami Khedira, Philipp Lahm o Bastian Schweinsteiger en Brasil 2014, no importaba, el común denominador era Toni Kroos.
Repasar su palmarés nos obliga a entrar en una discusión: ¿hubiese sido Kroos tan grande sin los 33 títulos que ganó?
La respuesta es incierta aunque me inclinaría a decir que no, porque somos resultadistas y aquel que pierde, fracasa. Pero siendo más objetivos y yendo a las bases, el legado de un jugador como Toni no se basa solamente en los éxitos (que vaya que fueron muchos) sino en su capacidad de tomar, casi siempre, la mejor decisión.
Pero, ¿cómo es posible que todo esto haya sido realizado por un jugador que “no es de clase mundial”?
Seguramente esa interrogante le quita aún el sueño a los directivos del Bayern Múnich, que no vieron en Kroos a ese jugador que hoy admiramos y reconocemos, decidieron venderlo para que escribiera, con el Real Madrid, la historia que ya conocemos y que aún tiene espacio para unas cuantas letras doradas más.
Toni Kroos se irá del Madrid tras disputar la Final de la Champions League ante el Borussia Dortmund, un título que no le hace falta pero creo que nadie le diría que no a conseguir seis orejonas.
El que sí le hace falta, el único en su carrera, es la Eurocopa y será su último baile este verano con Die Mannschaft, en casa, acompañado de una generación que podría devolver prestigio a los alemanes y darle a Toni Kroos aquel último título que le falta tachar en su lista de supermercado.
Toni Kroos es el futbolista con el timing perfecto, para el pase y para irse, pues despide en la cima del futbol mundial.
