
El Clásico Joven tiene en la historia de su rivalidad un capítulo que jamás se borrará de la mente de los americanistas y cruzazulinos. Se trata de la Final del Clausura 2013, un duelo que se definió de forma cardíaca a favor de las Águilas y que dejó una herida imposible de borrar para La Máquina.
La hazaña se logró con arrestos. Cruz Azul se llevó la ventaja en el duelo de Ida (1-0) y en los primeros minutos del choque de Vuelta amplió la ventaja, aunado a que los de Coapa sufrieron la expulsión de Jesús Molina al 13'; sin embargo, los minutos finales fueron trágicos para unos y gloriosos para los otros.
Y es que al 88' Aquivaldo Mosquera hizo el descuento con un remate de cabeza y al 92' el entonces arquero Moisés Muñoz tocó la gloria al marcar el 2-2 global con la testa, llevando el partido a tiempo extra, donde no fue suficiente para decretar a un vencedor.
El título de campeón se definió desde la tanda de los penaltis. Ahí, los azulcremas llegaron con la moral en alto y sentenciaron la eliminatoria, añadiendo a la rivalidad del Clásico Joven un capítulo imborrable para su historia, que para unos es histórico y para otros vergonzoso.