
Hace 20 años por primera vez se escuchó, “México es Campeón del Mundo”, fue el 2 de octubre de 2005, fecha que pasó a la historia deportiva en nuestro país, la Selección Mexicana Sub-17 le daba a nuestro país una de las mayores alegrías, al ser por primera vez Campeón del Mundo en Perú.
Aquella Selección Mexicana Sub-17 era dirigida por Jesús Ramírez, quien junto a 23 jóvenes marcó un hito en el deporte mexicano, ganando en una final soñada a una potencia como Brasil, por 3 a 0, para posteriormente levantar el trofeo de Campeón del Mundo.
Esa generación de jóvenes futbolistas estaba conformada por: Giovani Dos Santos, Carlos Vela, César Villaluz, Enrique Esqueda, Juan Carlos ‘Torito’ Silva, Héctor Moreno, Ever Guzmán, Efraín Juárez, etc, quienes viajaron a Perú y dieron muestra de la garra y calidad azteca para traerse el campeonato.

20 años después de haber conseguido ser campeones del mundo Sub-17, Juan Carlos Silva, mejor conocido como el ‘Torito’ Silva, recordó en entrevista con mediotiempo, aquel momento espectacular que vivieron en Perú, el cual no creían que se podía lograr de la forma en que lo consiguieron.
“20 años, el tiempo pasa rapidísimo, pero la verdad es bonito, recordar, bonito haber vivido todo lo que se vivió en esa Selección, todo lo que cada compañero se exigió, cada vez que Chucho nos metió en la cabeza que teníamos que ser campeones del mundo, no lo creíamos y mira se logró en el 2005, gracias a Dios se me dio la oportunidad de estar ahí. Es muy bonito haber vivido el Mundial Sub-17 del 2005 en Perú”, compartió el ‘Torito’.
El Campeonato del Mundo Sub-17 fue el resultado de un gran proceso que venía de años previos de trabajo, tanto del cuerpo técnico comandado por Chucho Ramírez, como de algunos jugadores, y para Juan Carlos Silva, el ser parte de aquella selección fue un orgullo y un objetivo cumplido.
“Hubo un proceso desde la Sub-13, Sub-15 y Sub-17, Chucho Ramírez hizo un excelente trabajo, yo lo conocí a él desde los 15 años, me llamó por primera vez a la Sub-15, siempre llegaba una hoja al Club América, donde decía la invitación para ir a la Sub-15. Se trabajaron casi dos años, y cuando dieron la lista final que era estar en la lista del Mundial Sub-17 en el 2005, para mí fue muy bonito y para mi familia también porque lo estuvimos buscando casi dos o tres años para poder estar en ese Mundial, se dio la lista, estuvimos ahí y te llena de orgullo representar a tu país en un Mundial”.
Chucho Ramírez y el trabajo mental
Varios elementos de esa generación del 2005 coinciden en un punto fundamental que se tornó la clave de aquella selección Sub-17, el trabajo mental que hizo Chucho Ramírez, el cual fue desde procesos anteriores hasta llegar al campeonato mundial de la categoría.
“Lo más importante fue el trabajo de Chucho Ramírez, la verdad él desde que lo conocí, la primera vez era un entrenador motivador, que se la creía, y eso nos lo inculcó a todos nosotros, siento que lo más importante era eso, que Chucho nos metió tanto en la mente y en el corazón, las ganas de qué podíamos lograrlo y siento que esa fue una Selección mentalmente muy fuerte, eso fue nuestro punto a favor porque no la creíamos, porque realmente lo deseábamos, lo imaginábamos y se logró”, aseguró Silva.
Para Silva el entonar el himno nacional mexicano en tierras lejanas fue un sueño hecho realidad, pero también fue la consecución de un objetivo que cumplió, el cual llevó años previos de trabajo tanto para él como para su familia.

“El primer partido contra Uruguay al cantar el Himno Nacional, recuerdo mucho que por la mente pasaba el decir, lo logré, estoy aquí, muchos compañeros se quedaron en el camino, pero ya estando ahí, cantando y representando a México, es una alegría muy bonita, me sentí muy contento porque había logrado algo que se peleó casi dos o tres años atrás”, señaló el ahora ex jugador.
El optimismo por lo que había logrado la Selección Mexicana Juvenil fue creciendo con el pasar de las fases, pero aquellos jóvenes tenían claro a lo que habían ido, porque su técnico transmitió con seguridad que iban a ser Campeones del Mundo desde el primer momento, de esa forma encararon la semifinal, con un aliciente extra, el saber que en México transmitirían el partido y los iba a ver un país entero.
“Recuerdo mucho a la Semifinal contra Holanda, porque sabíamos que iban a transmitir el partido, quizás no al mismo horario, y eso fue una motivación muy grande para todos nosotros, porque teníamos 17 años, desconocíamos completamente lo que eran los medios y recuerdo mucho la entrevista que se le hizo a Chucho Ramírez cuando viajamos a Perú, y él lo dijo a la única cámara que no se entrevistó y Chucho lo dijo muy seguro, que íbamos a ser campeones del mundo”.
“Posteriormente, el partido contra Holanda, regresaron todos los medios, todos aquellos que no confiaban en nosotros, todas las personas que empezamos a ilusionar, que fue algo muy motivante para nosotros porque sabíamos que todo un país nos iba a estar viendo, eso es una gran motivación y más para un jugador de 17 años”, recordó el Torito.
Una Final que imaginaron
La final soñada en una Copa del Mundo es enfrentar a Brasil y mejor aún ganarle con autoridad, algo que esta Selección Mexicana Juvenil imaginó a lo largo de la justa, pero lo pudo hacer realidad, incluso el resultado y las circunstancias fueron mejor de lo que se proyectó y lo que define a esta selección quedó grabado con la celebración del gol de Omar Esparza, para poder encaminarse a ser campeones del mundo.
“Nunca demostramos inseguridad, estábamos tan seguros, se trabajó tanto eso que al contrario, fue una motivación para nosotros, porque realmente Chucho siempre nos ponía a imaginar, nos acostaba en el piso, imagínense que somos campeones del mundo, contra quién quieren jugar, contra Brasil, y se dieron las cosas, se dio Brasil, estábamos motivados porque todo lo que imaginábamos se nos estaba dando. Inició el partido, la celebración del gol de Omar Esparza, esa es la definición de la Selección Sub 17, esa celebración que donde doce huevos, huevos, esa es la que define realmente lo que fue esa Selección”, expresó

20 años después de aquel campeonato del mundo, el Torito tiene claro que es el momento más importante de su carrera, y también para su familia, porque fue algo que trabajaron, que buscaron y que consiguieron, por lo que recordar esos momentos vuelven a enchinar la piel.
“Feliz, porque se trabajó para ello, lo anhelábamos, lo queríamos, lo teníamos que ir a lograr y muy feliz como el silbatazo final, al ver los videos nuevamente se pone la piel chinita, porque al volver a revivir esas imágenes, al recordar esos momentos, siento que he sido de las cosas que en lo personal son más bonitas en mi carrera, era mi inicio de carrera, me dio tanta felicidad a mí, a México y a mi familia”, agregó.
La fiesta después de ser campeones del mundo Sub-17 no terminó en el Estadio Nacional de Perú, ahí comenzó, porque a su llegada a México, la locura inició, volvieron al país como los “Niños Héroes”, y desde que pisaron México eran los nuevos súper héroes, tumultos de gente esperaban en el aeropuerto, y escoltaban a la selección hasta llegar a Los Pinos para la visita con el presidente de ese entonces, Vicente Fox.
“Muy sorprendente, porque desde la llegada cuando aterrizamos en la ciudad de México, desde el avión, nos dijeron que no íbamos a recoger las maletas, que nos íbamos a ir directo a autobús, y de ahí a los Pinos, nos sacaron por la puerta de atrás, pero ya estaba repleto de gente, veía la cara de todos mis compañeros, la sorpresa de toda la gente que nos estaba recibiendo, no se olvida, esa alegría que nos dio esa gente, mucho agradecimiento, porque aparte de felicitarnos, nos agradecían, nos decían, muchas gracias, había gente hasta llorando, nos decían, muchas gracias por darnos estas alegrías. Qué bonitos momentos”, revivió Juan Carlos.
Está selección juvenil marcó un antecedente en la historia deportiva de México, y para aquel grupo de jugadores, se convirtió en una familia, una hermandad que fue fundamental para conseguir el primer Campeonato Mundial Sub-17 para nuestro país.
“Lo mejor de esa selección fueron los compañeros, el compañerismo, la empatía, la fuerza, el ser un equipo unido, el que si uno iba para abajo, el otro lo animaba, eso fue lo más fuerte de esa Selección y hasta la fecha y comunicación con todos ellos, realmente fue algo carnal, fue decir tú das todo por mí y yo doy todo por ti, eso te da alegría de que todo en equipo se puede lograr”, finalizó el Torito.