Editorial Mediotiempo
Ciudad de México
Para Aerostar, todo comenzó un día en el parque. Tenía 13 años y mientras jugaba futbol, algo lo sorprendió, vio el entrenamiento de una disciplina completamente ajena a él; esto despertó su curiosidad, se acercó, se integró y comenzó un increíble camino en la Lucha Libre, siempre de la mano de quien sería la persona clave en su formación: Abismo Negro.
Así, Aerostar se convirtió en el pupilo de uno de los luchadores de mayor peso y trascendencia de AAA. Fueron cinco años los que estuvo aprendiendo a su lado, pero sobre todo, en los que cultivó la disciplina, constancia y humildad que su maestro del cuadrilátero le enseñó antes de formar parte de la misma empresa que él.
Abismo Negro le permitió a Aerostar acompañarlo a las funciones de lucha en las que participaba, hasta que un día lo presentó con el licenciado Antonio Peña para después llevarlos a la oficina de AAA y pedir una oportunidad para su pupilo.
“Él me dijo, ‘voy a hablar para que te den una oportunidad, pero ya es cuestión tuya lo que hagas de aquí en adelante. Tu trabajo va a hablar por ti, yo no voy a estar interviniendo para ciertos favores”, confesó emocionado.
El nombre de Abismo Negro no solo es importante en la formación de Aerostar, sino es parte de la esencia de AAA, no podría concebirse la historia de la empresa tres veces estelar sin el aporte del "Rey del Martinete".
Tras empezar a trabajar en AAA, el 2006 fue un año difícil y lleno de contrastespara Aerostar, ya que en marzo falleció su padre, el creador del diseño de la máscara que utiliza desde el nacimiento de su personaje; en agosto nació su hijo, en octubre murió Antonio Peña, quien le dio su primera oportunidad y cerró el agridulce año con su debut oficial el 15 de diciembre.
Aerostar sabe que el camino no ha sido fácil y que estar lejos de su familia es el precio por triunfar sobre el ring; sin embargo, quiere que su nombre en la Lucha Libre “trascienda a través del tiempo”. Ansía consolidar su personaje y estar en el gusto del público, como en aquella lucha en la que le quitó la máscara a Super Fly.
Aquella lucha fue tan buena que le robó los reflectores a Alberto del Río y Texano, quienes contendieron por el Megacampeonato; de pronto, nadie hablaba de la contienda de los consagrados , sino del triunfo de Aerostar.
Así, Aerostar se convirtió en el pupilo de uno de los luchadores de mayor peso y trascendencia de AAA. Fueron cinco años los que estuvo aprendiendo a su lado, pero sobre todo, en los que cultivó la disciplina, constancia y humildad que su maestro del cuadrilátero le enseñó antes de formar parte de la misma empresa que él.
Abismo Negro le permitió a Aerostar acompañarlo a las funciones de lucha en las que participaba, hasta que un día lo presentó con el licenciado Antonio Peña para después llevarlos a la oficina de AAA y pedir una oportunidad para su pupilo.
“Él me dijo, ‘voy a hablar para que te den una oportunidad, pero ya es cuestión tuya lo que hagas de aquí en adelante. Tu trabajo va a hablar por ti, yo no voy a estar interviniendo para ciertos favores”, confesó emocionado.
El nombre de Abismo Negro no solo es importante en la formación de Aerostar, sino es parte de la esencia de AAA, no podría concebirse la historia de la empresa tres veces estelar sin el aporte del "Rey del Martinete".
Tras empezar a trabajar en AAA, el 2006 fue un año difícil y lleno de contrastespara Aerostar, ya que en marzo falleció su padre, el creador del diseño de la máscara que utiliza desde el nacimiento de su personaje; en agosto nació su hijo, en octubre murió Antonio Peña, quien le dio su primera oportunidad y cerró el agridulce año con su debut oficial el 15 de diciembre.
Aerostar sabe que el camino no ha sido fácil y que estar lejos de su familia es el precio por triunfar sobre el ring; sin embargo, quiere que su nombre en la Lucha Libre “trascienda a través del tiempo”. Ansía consolidar su personaje y estar en el gusto del público, como en aquella lucha en la que le quitó la máscara a Super Fly.
Aquella lucha fue tan buena que le robó los reflectores a Alberto del Río y Texano, quienes contendieron por el Megacampeonato; de pronto, nadie hablaba de la contienda de los consagrados , sino del triunfo de Aerostar.
