
Un México Perro, El Héroe Verdadero, se llama la pieza que hace honor a don Pedro Aguayo Damián, quien hoy cumple tres años de muerto, tomo en el que precisamente se habla de la historia de uno de los gladiadores más emblemáticos de la cultura mexicana, hablando de la lucha libre.
El Perro Aguayo, esteta icónico del pancracio nacional y mundial, quien marcó un antes y un después, a partir de que nació como personaje, dicen en su entorno que, luego de la muerte de su vástago, El Hijo del Perro Aguayo, literal, quedó como muerto en vida.
Con el Perrito se fue el jefe, porque tras la partida de su chaval, luego de darse un fuerte golpe en un entarimado, ya nada fue igual y entonces decidió alcanzarlo, dirían los románticos luchones, en la Arena Celestial, cuatro años después, en 2019.
Y el documental dedicado al Can de Nochistlán, que igual retomó esa sinergia entre el cine mexicano con los héroes palpables, y que se la rifan en un cuadrilátero, aunque perfilaba para que en 2020 fuera su estreno, éste tuvo que retrasarse un año, por temas de pandemia.
La vida y obra de Aguayo, una que causa escozor y conmueve a todos, porque de la nada se convirtió en un todo, en un ídolo para quienes son afectos al deporte de los costalazos.

Historia imperdible
Dos directores y productores de cine, orgullosamente guerrerenses: Andrés Klimek y Rafael Aparicio, fueron quienes maquinaron el homenaje para el rudazo y consentido, pero desde una perspectiva distinta.
Y aunque suene a cantaleta, es cierto, la lucha es cultura de este lado, por eso la pareja de hacedores de imágenes con sentido, entendieron que México no sólo es tequila y mariachi y entonces se animaron a rubricar este relato.
“Los dos somos paisanos y cuando nos encontramos decidimos hacer algo sobre lucha”, comenta Klimek.
Así nació este documental largometraje, de forma independiente y con el propósito de ya no contar sólo historias ficticias, sino lo que vive el luchador.
“Pensamos en personajes y uno de los más icónicos para nosotros era el Perro Aguayo, su rostro y sus marcas forman su máscara”, agrega.
Durante la trama, el fanático a este deporte puede conocer e interpretar la vida del Perro, a partir de quienes fueron, por décadas, no únicamente compañeros de profesión, también cercanos y amigos, con quienes vivió gratas experiencias alrededor de las cuerdas y fuera de las Arenas.
