
Corrían los años 30 cuando un personaje llamado Salvador Lutteroth, empresario y responsable de instaurar en México la Empresa Mundial de Lucha Libre (EMLL), se hallaba en Texas viendo una pequeña función de lucha libre. En ella llamó su atención el luchador de 27 años “Ciclone” Mackey, de nombre verdadero Corbin James Massey, debido a su habilidad y estilo de lucha.
Lutteroth invitó a Massey a ir a México y unirse al elenco de luchadores de la EMLL. Era común que en los Estados Unidos los gladiadores lucharan con el rostro cubierto con un antifaz o una máscara (el antecedente más lejano es el de Mort ‘Masked Marvel’ Henderson, quien lucía una capucha allá por 1915), pero carecían en realidad de una personalidad.
“Ciclone” Mackey aceptó la oferta de Lutteroth y debutó en México el 21 de septiembre de 1931 en combate contra Liong Tin Kit. El mismo día, pero dos años después, el público se vio sorprendido al ver trepar al ring a un gladiador que se hacía llamar La Maravilla Enmascarada, el cual, en efecto, portaba una máscara. Era un hecho insólito en nuestro país. El gladiador encapuchado, que en realidad se trataba de Corbin James Massey, enfrentó en esa función a Frank Gou.
Hay que decir que el primer modelo de máscara que usó Massey no fue el mejor, ya que resultaba sumamente incómodo para luchar. Sin embargo, el estadounidense no se rindió y pidió al zapatero que le confeccionó su primer modelo que le fabricara uno mejorado.
Para ello, el confeccionista tomó 17 medidas del rostro del gladiador para asegurarse la realización de una máscara que se ajustara debidamente a todos los detalles del rostro. Esas mismas medidas son las que se siguen usando los fabricantes de máscaras de lucha libre.
El público se sintió fascinando ante La Maravilla Enmascarada, que a partir de ese momento instauró una especie de fantasía heroica mediante su personaje en la lucha libre mexicana. Después de él, el Murciélago Velázquez su convirtió en el primer luchador mexicano en presentarse enmascarado en los cuadriláteros. Para desgracia suya perdió su capucha en una lucha de apuestas ante Octavio Gaona.
Corbin James Massey continuó su carrera como luchador en 1936 cuando regresó a su país bajo el nombre de Mr. X, pero perdió su máscara ante Guil Lacrosse. Después de ello adoptó el nombre de The Grey Mask para luchar en arenas de California.
Lo hecho por La Maravilla Enmascarada y el Murciélago Velázquez creó un hito en la lucha libre mexicana, ya que a partir de ellos se formó una tradición en la lucha libre nacional al crear máscaras y personajes que le dieron color y vida a los combates en los cuadriláteros. No sólo se trataba de luchar para vencer sino de hacerlo defendiendo una personalidad y una historia.
Al pensar en lucha libre nacional de inmediato se piensa en las máscaras y sus extraordinarios diseños que lo mismo representan a justicieros que a villanos, que lo mismo son elegantes y sobrias que informales y aterradoras. Sin duda, la máscara es la creadora del personaje que desde las cuerdas y las esquinas se arroja sobre el oponente arriesgando la vida en busca de inmortalizar su nombre.