
Todo es felicidad para los Diablos Rojos, que cerrarán un 2024 memorable colmado de éxitos tanto dentro como fuera del diamante y en la duela, pues consumaron el doblete conlos títulos de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) y la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP).
El equipo de beisbol comenzó con las alegrías para la afición escarlata, con una temporada para el recuerdo en la que terminaron con un sequía de 10 años sin levantar la Copa Zaachila pero, además, pudieron conectar con el público de la Ciudad de México, que hizo del Estadio Alfredo Harp Helú un auténtico infierno.
Pero no es solo por la experiencia que ofrece el recinto ubicado en la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixiuhca, sino también porque la novena escarlata respondió sobre el campo y con nombres propios de nivel de Grandes Ligas como el pitcher Trevor Bauer y el segunda base Robinson Canó.
Fue justamente Bauer quien rompió la liga, formaba parte del gran espectáculo del Harp pero también ayudaba a ganar al México Rojo, que nunca perdió en temporada regular con él sobre el montículo; Trevor fue líder de ponches en la LMB con 120, además de igualar el récord de ponches consecutivos (9) y logró la mayor cantidad de ponches en juegos de nueve entradas (19).
Pero la realidad es que jugadores como Juan Carlos 'Haper' Gamboa, José Marmolejos, Julián Ornelas, Patrick Mazeika, Ronnie Williams, Tomohiru Anraku o Conner Menez acompañaron a Bauer y a Canó en esta gran campaña junto al manager Lorenzo Bundy, un año que terminaron con 71 triunfos y 19 derrotas en temporada regular.
Desde 2014, los Rojos no se coronaban en la LMB y fue el primer título en el Estadio Alfredo Harp Helú, venciendo a Pericos de Puebla, Leones de Yucatán, a Guerreros de Oaxaca remontando la serie y a Sultanes de Monterrey en el momento definitivo.
Incendiaron la duela en su primer año
El programa ‘Diablos todo el Año’ entregó dividendos desde su primera edición, pues los Diablos Basquetbol debutaron en la LNBP con el campeonato frente a los Halcones de Xalapa, a quienes se impusieron con una historia de siete meses, pues el equipo fue anunciado apenas el pasado 5 de mayo.
La quinteta de la Ciudad de México tuvo una buena campaña con solamente 11 derrotas en 32 partidos de fase regular, mientras que en la postemporada lograron deshacerse de Dorados de Chihuahua y Soles de Mexicali, para coronarse frente a los Halcones de Xalapa y en terreno ajeno, demostrando que no solamente eran fuertes en el Gimnasio Olímpico Juan de la Barrera.
El coach Nicolás Casalánguida y jugadores como Avry Holmes y Gael Bonilla encabezaron el exitoso proyecto, que ya avisaba de sus buenas intenciones en la Copa Value, un breve torneo en el que participaron los ocho mejores equipos al cabo de las primeras siete jornadas, mismo que cayó en la Final precisamente ante los Halcones.
En este caso la segunda fue la vencida para los Diablos Rojos, que pueden presumir de haber conseguido lo que nunca han podido los Astros de Jalisco, Aguacateros de Michoacán, Lobos de la Universidad Autónoma de Coahuila o Correcaminos UAT Matamoros, algunos ya desaparecidos pero que nunca probaron las mieles del título.
Por otro lado, los escarlatas también superaron a sus ‘coterráneos’ de otras épocas como Capitanes de la Ciudad de México y la Ola Roja del Distrito Federal, los primeros con par de subcampeonatos antes de mudarse a la NBA G-League y los segundos con una Final perdida antes de desaparecer, esto por allá del año 2007.
Los Diablos Rojos del México aspirarán al triplete con su equipo de softbol, que comenzará su participación en la Liga Mexicana de Softbol en enero del 2025 y así cerrar un histórico círculo, erigiéndose como una franquicia única en el país que se acerca a emular las multiplataformas deportivas con las que cuentan algunas organizaciones deportivas europeas.