Daniela Esquivel continúa escribiendo su camino en el flag football, ahora con el equipo Sub 17 de la MFL que brilló en el torneo Rumble in the Valley en Brownsville, Texas.
El representativo de Nuevo León fue finalista del certamen tras vencer a tres equipos de Estados Unidos, para después medirse en la final ante un conjunto mexicano.
La selección estuvo conformada por jugadoras de distintos clubes de Monterrey, lo que convirtió la experiencia en una oportunidad única de convivencia y unión.
“Estamos representando a Nuevo León en lo que fue una semana muy difícil, pero muy contenta para nosotras porque pudimos lograr nuestro objetivo. Para nosotros en general hubo nervios y miedo, pero todo estuvo emocionante”, mencionó Esquivel.
Para Daniela, lo más valioso fue cómo un grupo de jugadoras que llegaba desde diferentes equipos terminó formando una sola familia.
“Somos de diferentes equipos, en la selección agarraron a varias, entonces fue algo que nos juntó como equipo y después nos volvimos amigas”.
La adaptación también fue un reto, pues el torneo se jugó bajo reglas y tiempos distintos a los habituales en México.
“Fue difícil porque había diferentes reglas y tiempos, lo pudimos conseguir al final y nos quedamos contentas”.
El torneo dejó en Esquivel una enseñanza que va más allá de lo deportivo, ya que la experiencia de convivencia reforzó sus lazos con el grupo.
“Me sentí muy bien, ahora se volvieron muy cercanas y se volvieron amigas, fue una familia por casi tres días y estuvo muy padre. Lo que más disfruté fue la compañía, como todas convivíamos y nos volvimos una familia”.
Aunque cada integrante volverá a su respectivo club, Daniela confía en que las nuevas amistades trascenderán más allá del torneo.
“Creo que si vamos a otras selecciones, nos veremos y seguiremos conviviendo, hoy cada una agarrará diferentes caminos, pero nos volveremos a juntar”.
Con apenas 14 años, Daniela se ilusiona con repetir vivencias como esta, convencida de que el flag football le seguirá abriendo oportunidades y amistades.
