No hay duda que el tenis es de los deportes más duros del planeta. Prueba es la Final del Masters 1000 de Cincinnati entre Novak Djokovic y Carlos Alcaraz. La leyenda y el presente y futuro del deporte blanco nos regalaron en 3 horas 49 minutos el mejor partido a tres sets del año. Hubo remontada, dos tie breaks de infarto, match points salvados, puntos inauditos, lágrimas y aplausos.
Fue de esos épicos partidos que nos hacen lamentar que no existan los empates. El duelo más largo en la historia del torneo y para una Final a tres sets en la historia del tour. A pesar de sufrir con las condiciones y el calor durante el primer parcial, Nole logró remontar con dos tie breaks para conquistar con 36 años el título 95º de su carrera, lo que lo coloca tercero en el listado histórico de la era abierta. Fue también su victoria 1069 en el tour de la ATP y su Masters 1000 número 39.
“Difícil de describir. Definitivamente uno de los partidos más duros que he jugado en mi vida, sin importar el torneo, categoría, nivel o rival. Increíble. Desde el principio al final, los dos pasamos por mucho… Uno de los más duros y más excitantes partidos de los que he sido parte. Por estos momentos sigo trabajando día a día” dijo el ganador de 23 Grand Slams tras su victoria, una que sin duda se definió por mínimos detalles en una excelsa exhibición de lo mejor que puede ofrecer este deporte.
Fue magia pura en su regreso a Estados Unidos tras dos años de ausencia en los torneos por su decisión de no vacunarse. La polémica quedó en el olvido. Las mejores canchas y la afición lo extrañaban. Aún como No. 2 del mundo llegará al US Open como máximo favorito junto al joven español. “¡Nunca te rindes hombre! Amo eso de ti, pero a veces desearía que jugaras algunos puntos así…” le dijo en su discurso de campeón al todavía No. 1 del ranking, que con 20 años no pudo sostener las lágrimas tras la dura derrota. Fue una especie de revancha de la Final de Wimbledon y ahora la marca entre ambos es 2-2. No le queda mucho por la diferencia de edad, pero es una rivalidad que cada vez se pone mejor, sin duda lo que el tenis necesitaba.
