
A partir del 14 al 16 de octubre de 2025, México comenzará a emitir de manera paulatina la CURP biométrica, un documento que conservará su estructura tradicional de 18 caracteres alfanuméricos, pero incluirá nuevos elementos como huellas dactilares, escaneo de iris, firma electrónica y fotografía digital . Aunque incorpora tecnología avanzada, el sistema de asignación del código permanece sin cambios.
¿Por qué se incluirá una “X” en algunos apellidos?
La sustitución de ciertos caracteres por la letra “X” ya existía en la CURP tradicional y se mantendrá en la versión biométrica:
- Apellidos que comienzan con “Ñ”: como esta letra no está reconocida en sistemas internacionales, se reemplaza por una X. Por ejemplo, “Ñáñez” se convierte en “Xáñez”.
- Cuando no hay segundo apellido: el campo del segundo apellido se completa con una X.
- Falta de vocal interna en el primer apellido: si no existe vocal en el segundo lugar del apellido, se utiliza una X.
- Iniciales que formarían palabras ofensivas: si los primeros cuatro caracteres forman una palabra a evitar (como “PENE” en el caso del expresidente Peña Nieto), se sustituye la vocal por una X.
- Apellidos con signos especiales: guiones, apóstrofes o barras también provocan el uso de una X en aquellos caracteres no válidos.

Estas reglas están contempladas en el Instructivo Normativo para la asignación de la CURP y se refuerzan en el decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 16 de julio de 2025, que formaliza la CURP biométrica como la fuente única de identidad nacional . Bajo esa misma normativa, se deja claro que el código de 18 caracteres no cambiará, solo se incorporarán elementos biométricos.
La implementación será gradual, operará como proyecto piloto en Veracruz, Ciudad de México y Estado de México, antes de expandirse a nivel nacional antes de 2026, siendo obligatoria en febrero de 2026.

La presencia de la letra “X” en ciertos apellidos dentro de la CURP biométrica no es una innovación reciente, sino la continuidad de reglas ya vigentes. Estas sustituciones buscan garantizar la compatibilidad digital, evitar ambigüedades y evitar combinaciones que se consideren ofensivas o problemáticas. En definitiva, no altera el cálculo del código, pero preserva su consistencia tecnológica.