
Aunque la toxicidad del aluminio se ha demostrado de manera científica, las autoridades sanitarias han dicho que es seguro consumirlo, siempre y cuando esté dentro de los parámetros establecidos.
Los alimentos concentran aluminio, con las más altas son encontradas en el pan, productos farináceos, vegetales como setas, espinacas, acelgas, rábano y lechuga, además de mariscos, vísceras, coco, té, etc., según datos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
La ingesta intolerable de aluminio es de 1 mg/kg de peso a la semana, por lo que una parte de la población podría superar este valor, pero si se quiere garantizar un consumo seguro, se deberá empezar por el uso de papel aluminio en la cocina, ya que hay alimentos a tener cuidado si entran en contacto con dicho producto.
Ácidos
El tecnólogo alimentario y dietista-nutricionista José María Puya, explica en La Vanguardía que los alimentos ácidos son uno de ellos, más cuando están a una alta temperatura.
“Cuando los alimentos ácidos entran en contacto con el papel de aluminio, este podría pasar a ellos”.
Aunque existen organismo como la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que afirman que el papel aluminio no desprende una cantidad peligrosa cuando entra en contacto con los alimentos ácidos, la tasa de migración es baja con alimentos crudos o congelados, no así con alimentos trasformados, como las salsas grasas.
Marinados
También se recomienda no envolver los alimentos marinados en papel aluminio, y mejor optar por otro método de conservación.
“Cuando marinamos un alimento usamos sal y jugos como el de limón, que aportan un PH ácido y se produce una mayor migración de partículas”.
Salados
Los alimentos ácidos y salados son otro caso especial, ya que si entrenan en contacto con el papel de aluminio, se puede descolorar y el aluminio desprenderse, por lo que la migración al alimento es mayor.