Ovidio Guzmán, quien fuera detenido en la madrugada del 5 de enero en Jesús María, en el municipio de Culiacán, se disculpó con los habitantes de la localidad por los daños que causó el operativo, en el que hubo enfrentamientos entre militares y supuestos integrantes del crimen organizado.
Recluido en el Penal del Altiplano, en el Estado de México, el hijo de Joaquín Guzmán Loera -que es acusado por Estados Unidos de conspiración para traficar cocaína, metanfetamina y mariguana hacia su territorio- pide constantemente a familiares que difundan sus disculpas, de acuerdo a una investigación realizada por el periódico MILENIO.
La petición del presunto narcotraficante llega al pueblo, a los 'plebes' como él les llama, y es difundida entre todos los habitantes al pasar de voz en voz, en el entendido de que todavía hay temores y molestia por lo que sucedió.
“Todas las noches sueño lo mismo: los balazos, los guachos (militares), las ráfagas y el helicóptero ese. Mis hijos están más traumados, ni siquiera quieren ir a la escuela, apenas hace una semana empezaron a ir porque no quieren salir de aquí”, detalló Mireyda Ramírez, a quien conocen como La China en el poblado de Jesús María.
De acuerdo al recorrido realizado, en Jesús María aún hay manchas de sangre en los alrededores de la vivienda de Ovidio Guzmán, además de que hay huellas de la refriega en múltiples casas e incluso casquillos de las diversas armas que fueron utilizadas.
Molestia entre pobladores
En diversas charlas realizadas MILENIO constató la molestia de los pobladores, quienes aseguran que al día de hoy siguen sin recibir el apoyo que les prometieron autoridades de gobierno, además de que exponen que aún hay gente desaparecida a raíz del llamado culiacanazo.
“Es más fácil que Ovidio regrese y que nos ayude a que nos ayude el gobierno, que cubran mis daños, porque no creo que el gobierno vengan a cubrirlos", aseguró Mireyda Ramírez, quien dijo desconocer qué pasó con las personas a las que no encuentran.
