
Existen cosas cotidianas a las que quizá no les prestamos tanta atención, con elementos de la vida diaria que sin los que el devenir común sería completamente distinto. Comer es una necesidad básica de todo ser vivo, hay quienes comen por instinto y hay otros, hasta donde sabemos, cómo el ser humano que no solo come por sobrevivir, sino también lo hace por placer.
Es entonces que el pan llega, o mejor dicho, el panadero con el pan, esta pieza hornada tiene muchos rostros, cuasi omnipresente los hogares de todo el mundo lo guardan en lo más íntimo de su existencia material; su cocina.
Gilgamesh o la angustia por la muerte, es el primer texto escrito del que la humanidad tiene cuenta, y aunque no nos habla sobre bizcochos azucarados, o de un fino pan que con pasas sí atestigua lo importante que el pan ha sido desde siempre para el ser humano.
“Enkidu no sabía nada sobre comer pan,Y a beber cerveza no le habían enseñado.
La sacerdotisa habló con Enkidu, diciendo:
“Come el pan, Enkidu, es la forma en que uno vive”.
Bebe la cerveza, como es costumbre en la tierra “.
Enkidu comió la comida hasta que se sació,
Bebió la cerveza, ¡siete jarras! ¡y se volvió locuaz y cantó con alegría!” Fragmento de la Epopeya de Gilgamesh.
Así es como el pan se vuelve un elemento cohesionador comunitario, producto alquímico familiar, perfume de la casa.
Este domingo 16 de Octubre, celebramos el Día Mundial del Pan.
— CEOPPAN (@CEOPAN1) October 16, 2022
¡Felicidades a todos los panaderos del mundo! pic.twitter.com/bZj5pcgYfU
Es por su enorme importancia que se le designó el Día internacional del Pan por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA), con el fin de crear conciencia de la importancia que tiene este alimento para el mundo y sus habitantes.
‘Fiat panis’ es el eslogan que se le otorgó al día para seguir disfrutando de esta sabrosísima comida, así que '¡Que el pan se ha hecho!'.
Entonces el pan es de las cosas más importantes de la humanidad, vital para su supervivencia y magnífico para su deguste. En las inmortales palabras de Pedro Infante: “Las penas con pan son buenas, y con mantequilla han de saber riquísimas”.