
Obed Vargas, padre de su homónimo que juega en el Seattle Sounders y deslumbra con la Selección Mexicana Sub-20, entendió muy joven que si quería una vida con mayores oportunidades debería dejar su natal Morelia, Michoacán, idea que lo llevó a uno de los rincones más exóticos en los que se podía pensar, como lo es Anchorage, en Alaska.
Estados Unidos suele ser un destino recurrente para los migrantes mexicanos, pero en el caso de Obed su apuesta fue más osada, ya que decidió por un sitio reconocido por el frío y en el que la presencia hispana es reducida (según datos apenas había 50 mil hasta 2020), aunque también repleto de oportunidades y con condiciones suficientes para desarrollarse.
"Mi papá decía que tenía mi edad, 16, 18 o 18 años cuando tomó el avión. Él no hablaba inglés, no pudo hablar con el piloto y eso le daba miedo. Es algo que hacía mucha gente de su ciudad natal, venir a Alaska y él lo hizo, especialmente porque viene de un entorno muy pobre. No hay futuro de la ciudad de donde viene, por lo que una manera de intentarlo es venir a Alaska", explicó el mediocampista en charla para los medios de la MLS mientras sobrevolaba su ciudad natal.
Allí, Obed padre se unió a una tía que ya vivía en la ciudad y para poder sobrevivir trabajó procesando salmón y fletán en trabajos que eran temporales, aunque después de tres años decidió que Anchorage sería su hogar, sin importar el frío y lo lejos que estaría de sus amigos y demás gente cercana.

Anchorage, la ciudad en que nació Obed Vargas
En esa gélida ciudad donde las temperaturas máximas llegan a 20 grados en verano y a -11 en invierno, en promedio, y que la revista Outside Magazine la colocó como una de las diez mejores ciudades de Estados Unidos, el jerarca de la familia Vargas no sólo se asentó, sino que se ligó sentimentalmente a Marisol, mujer con la que procrearía cuatro, hijos Marisol, Frida, Abad y Obed, a quienes convirtió en buenos ciudadanos, guiados por el deporte.
Porque eso de que todos jueguen futbol -las mujeres en universidades y los varones en el Seattle Sounders- no es una casualidad, ya que ambos papás hicieron del deporte una forma de vivir, más aún el padre, quien al haber formado parte de las inferiores del Morelia impregnó su pasión a todos ellos, especialmente en los dos varones, quienes buscaron dar el paso al futbol profesional.

Obed, a buscar oportunidades
Rodeada de tres cadenas montañosas, glaciares, de lagos azul zafiro y valles repletos de vegetación y múltiples especies animales, lo habitual es que los habitantes de la capital de Alaska se dediquen a la práctica de deportes invernales, aunque en la familia Vargas apostaron por ir por el camino del balompié, siendo Cook Inlet la primera academia en la que Obed empezó a labrar su futuro.
Fácilmente, el seleccionado mexicano pudo dedicarse al montañismo, hockey, al esquí, al kayak o cualquier deporte ligado al frío ante las grandes oportunidades que la naturaleza le daba, pero prefirió no desligarse del futbol, más cuando se dio cuenta que era realmente bueno; "el mejor en toda Alaska", como él mismo dijo.
Por eso, incluso, que ni siquiera conociera las maravillas naturales cercanas, como lo hizo ver en la misma entrevista con la MLS al visitar un glaciar, donde reconoció que tiene una vida totalmente ligada a la ciudad, más aún porque a los 13 años decidió emigrar a Seattle, donde formó parte de la Academia de los Sounders FC, el club con el que debutó profesionalmente con 15 años el 22 de julio de 2021 ante el Austin FC.
