Una de las series que están entre las mayores tendencias mundiales de Netflix es Lupin, producción francesa que acaparó los reflectores, en gran parte por el actor principal, Omar Sy, quien superó una dura infancia al crecer en uno de los barrios más peligrosos de Francia, para convertirse en uno de los más aclamados del momento.
El actor nació en Trappes, un suburbio de París, que se decanta como uno de los más pobres y cuya violencia es frecuente. Es hijo de una madre mauritania y padre senegalés, además de ser el cuarto de ocho hijos.
A pesar de las numerosas adversidades no se dejó sumergir en la negativa situación que lo rodeaba, por eso luchó por sobresalir como comediante a los 18 años, siendo que contaba chistes y monólogos en bares.
"Escribía chistes lo mejor que sabía y ya me iba bien. Acababa de descubrir que esa 'otra Francia' que sabía que existía pero que, encerrado en el barrio no había visto, era real y estimulante. Creo que era un chaval muy curioso; me gustaba saberlo todo, saber cómo eran las personas, vivir situaciones muy diferentes. Supongo que por eso quise ser actor, porque es una forma maravillosa de explorar universos diferentes y de aprender sobre la vida y sobre el ser humano", comentó el actor en entrevista con la Vanguardia.
Las puertas de la actuación se le abrieron en el 2000 cuando debutó en la película "La Tour Montparnasse Infernal", pero fue hasta 2011 cuando su popularidad creció como la espuma al darle vida a Driss en el filme francés, Intocable; a partir de ahí tuvo otros notables papeles como el de Bishop en X-Men. Ahora con la serie de Lupin se empieza a consolidar como uno de los actores del momento que buscan seguir batiendo récords en Netflix.
