Solo en el territorio mexicano, se registran aproximadamente 90 temblores anuales de magnitudes mayores a 4 grados en la escala de Richter, de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN) de la UNAM.
En mediotiempo, te explicamos cómo el país gestiona esta alta actividad sísmica y te proporcionamos información precisa en tiempo real.
¿Qué son los sismos?
Los movimientos telúricos, también conocidos como sismos o terremotos, son fenómenos naturales que se producen debido a la liberación repentina de energía acumulada en la corteza terrestre. Esta energía se libera cuando las placas tectónicas que forman la superficie terrestre se desplazan y chocan entre sí.
Los sismos pueden ocurrir en diversas partes del mundo y tienen diferentes magnitudes, desde temblores apenas perceptibles hasta terremotos devastadores. Su ocurrencia está relacionada con la actividad tectónica y la geología de una región específica.

Datos curiosos de los sismos en México
- Alta actividad sísmica: México está ubicado en una zona de gran actividad sísmica, ya que se encuentra entre 4 placas tectónicas: la placa de Cocos, la placa de Norteamérica, la placa del Pacífico y la placa del Caribe. Esto hace que sea uno de los países con más sismos registrados en el mundo.
- El temblor más fuerte: el sismo más fuerte registrado en la historia de México fue el terremoto de 1985, con una magnitud de 8.1, que afectó gravemente la Ciudad de México y dejó miles de víctimas.
- El país más sísmico de América Latina: aunque Chile también es uno de los países de la región que tiene gran actividad sísmica, México es uno de los más activos en América Latina, con frecuentes movimientos telúricos, tanto grandes como pequeños.
- Temblores casi a diario: en promedio, se registran cientos de sismos pequeños al año en México, muchos de los cuales son imperceptibles para la población. Estos sismos son monitoreados por el Servicio Sismológico Nacional (SSN).
- Uso de alertas sísmicas: México cuenta con uno de los sistemas de alerta sísmica más avanzados del mundo, que puede avisar a las personas de un sismo con segundos de antelación en zonas cercanas al epicentro, ayudando a reducir daños y salvar vidas.