Editorial Mediotiempo
Estadio Azteca, Ciudad de México
La afición fue paciente mientras el juego estuvo en marcha, pero una vez que el árbitro silbó el final del partido entre México y Honduras, el Estadio Azteca retumbó con un contundente: “¡Fuera, Osorio!”.
Desde el final del primer tiempo, el público dejó en claro su descontento con un abucheo generalizado por la pobre exhibición del Tri.
El grito contra el entrenador comenzó en un sector del inmueble y minutos después fue tomando fuerza hasta que se hizo sentir en toda las tribunas del Coloso de Santa Úrsula.
El inmueble, que con el paso del partido alcanzó prácticamente el lleno, se fue con una sola voz y reclamo ante la inoperancia de la Selección, que lejos de tener en el Azteca a un aliado, se encontró con un duro crítico.
Desde el final del primer tiempo, el público dejó en claro su descontento con un abucheo generalizado por la pobre exhibición del Tri.
El grito contra el entrenador comenzó en un sector del inmueble y minutos después fue tomando fuerza hasta que se hizo sentir en toda las tribunas del Coloso de Santa Úrsula.
El inmueble, que con el paso del partido alcanzó prácticamente el lleno, se fue con una sola voz y reclamo ante la inoperancia de la Selección, que lejos de tener en el Azteca a un aliado, se encontró con un duro crítico.