Editorial Mediotiempo
Estadio Azteca
La actitud mostrada por la plantilla mermada del América tras la expulsión de dos hombres en el Clásico Capitalino, es para Miguel Herrera el ejemplo de cómo debe ser su cuadro desde el comienzo de los partidos y no esperar que sucedan cosas negativas.
“No se tienen que arrancar los partidos a medio gas, se tienen que arrancar como acabamos ahorita con los mueve hombres, pero con 11”, señaló.
Es así que el Piojo reconoció que sus dirigidos fueron contra las adversidades con las ausencias de Roger Martínez y Bruno Váldez, además del 1-2 en contra que les hizo pensar por un momento la dificultad de igualar la situación.
“Después de la situación de la cancha no se veía (alcanzar el marcador) a pesar de eso el equipo no dejó de hacer el esfuerzo y la recompensa es una buena jugada para el gol”.
Fernando Guerrero fue el árbitro del Clásico Capitalino y su trabajo no dejó del todo contento al estratega de las Águilas, quien argumentó que las faltas no se miden con la misma vara.
Por último, Miguel dejó claro que desde el primer minuto, la plantilla de David Patiño no tuvo iniciativa tras el primer gol de vestidor a los 17 segundos del silbatazo.
“Estuvimos disminuidos por ellos porque éramos dos hombres menos. Estábamos 0-0 cuando éramos 11 contra 11 porque ellos estaban en tres cuartos de cancha, ni siquiera se abrían, estábamos encima. El equipo no bajó los brazos y no dejó de luchar”.
“No se tienen que arrancar los partidos a medio gas, se tienen que arrancar como acabamos ahorita con los mueve hombres, pero con 11”, señaló.
Es así que el Piojo reconoció que sus dirigidos fueron contra las adversidades con las ausencias de Roger Martínez y Bruno Váldez, además del 1-2 en contra que les hizo pensar por un momento la dificultad de igualar la situación.
“Después de la situación de la cancha no se veía (alcanzar el marcador) a pesar de eso el equipo no dejó de hacer el esfuerzo y la recompensa es una buena jugada para el gol”.
Fernando Guerrero fue el árbitro del Clásico Capitalino y su trabajo no dejó del todo contento al estratega de las Águilas, quien argumentó que las faltas no se miden con la misma vara.
Por último, Miguel dejó claro que desde el primer minuto, la plantilla de David Patiño no tuvo iniciativa tras el primer gol de vestidor a los 17 segundos del silbatazo.
“Estuvimos disminuidos por ellos porque éramos dos hombres menos. Estábamos 0-0 cuando éramos 11 contra 11 porque ellos estaban en tres cuartos de cancha, ni siquiera se abrían, estábamos encima. El equipo no bajó los brazos y no dejó de luchar”.