Editorial Mediotiempo
Torreón, México
Brian Lozano, jugador del Santos Laguna, ha superado grandes barreras que se han interpuesto en su vida, la primera fue el trascender a pesar de su entorno, toda vez que en el sector habitacional donde vivía, prevalecía la delincuencia y la drogadicción, situación en la que, inclusive, su hermano se ha visto envuelto.
"Creo que mi infancia fue muy complicada, vengo de una familia muy humilde y trabajadora. Somos de un barrio muy complicado, que hasta el día de hoy sigue muy complicado, la verdad que salir adelante no era nada fácil. Tengo a mi hermano que toda su vida ha estado en situación de drogas, ha estado en cárceles", aseguró.
El uruguayo admitió que fue uno de sus compañeros del instituto educativo quien le apoyó para salir del trance que estaba viviendo, de tal manera que lo llevó a la unidad deportiva en la que entrenaba balompié. Apenas había cumplido una década de edad cuando comenzó a interesarse por las canchas, en lugar de perder el tiempo en las calles.
"Si hay a alguien a quien le tengo que agradecer, es a un compañero de escuela que me invitó a entrenar. Yo le dije que no me gustaba el futbol pero lo acompañé. Ahí el entrenador me dijo que tenía que hacer algo antes de estar en una esquina perdiendo el tiempo con mis amigos. Entrené, me gustó y llegando a mi casa les conté a mis padres que quería jugar al futbol, ellos me apoyaron.
"Empecé en el futbol a los 10 años. La realidad es que mi tiempo lo perdía en la calle, pasaba mucho tiempo en las calles con los chicos de la escuela. Jugaba mucho ahí, pero no hacía ningún deporte, no hacía más que eso, salir a pasear en el barrio", dijo.
A partir del deporte su vida fue otra, sus pensamientos se transformaron, buscó la gloria a través del futbol, de tal manera que pudiera regalarles una mejor vida socioeconómica a sus familiares más cercanos. México ha sido pieza clave para conseguir estos logros, toda vez que cuando él llegó al América, obtuvo la solvencia económica para adquirir una casa para sus padres.
"Nunca pensé en ser nada, fue hasta después de que empecé en el futbol cuando empecé a soñar y tener algo en mente. No me gustaba el futbol, pero de un momento para otro me cambió mi cabeza y me quise dedicar al cien por ciento al futbol y tratar de llegar a ser un profesional para sacar adelante a mi familia. México me ha ayudado a cumplir mi sueño, que era sacar a mi familia del barrio y comprarles una casa. Hoy lo tengo y se lo tengo que agradecer al futbol y a México por cumplirme mi sueño", comentó el delantero.
Lozano es también conocido como Huevo, sobrenombre que le acuñó su abuelo desde que nació en Montevideo, ya que se le detectó una hernia en un testículo. Fue el mismo ancestro quien le servía un plato de comida cuando sus padres no se lo podían otorgar.
"Es un apodo que tengo desde niño porque yo nací con un problema de una hernia que cada vez que yo hacía algún esfuerzo o algo se me inflamaba, y mi abuelo fue quien me puso 'Huevo' y se me quedó para siempre. Eso se lo tengo que agradecer bastante. Hoy no me molesta que me digan 'Huevo' porque toda la vida me lo han dicho.
"Decirle que lo quiero muchísimo porque la verdad que además de ser mi abuelo fue un gran padre, también, obviamente que tengo a mi padre y él lo es todo. Hoy en día estoy acá gracias a mi padre, pero cuando no teníamos para un plato de comida, allí estaban mi abuelo y mi abuela", concluyó.
"Creo que mi infancia fue muy complicada, vengo de una familia muy humilde y trabajadora. Somos de un barrio muy complicado, que hasta el día de hoy sigue muy complicado, la verdad que salir adelante no era nada fácil. Tengo a mi hermano que toda su vida ha estado en situación de drogas, ha estado en cárceles", aseguró.
El uruguayo admitió que fue uno de sus compañeros del instituto educativo quien le apoyó para salir del trance que estaba viviendo, de tal manera que lo llevó a la unidad deportiva en la que entrenaba balompié. Apenas había cumplido una década de edad cuando comenzó a interesarse por las canchas, en lugar de perder el tiempo en las calles.
"Si hay a alguien a quien le tengo que agradecer, es a un compañero de escuela que me invitó a entrenar. Yo le dije que no me gustaba el futbol pero lo acompañé. Ahí el entrenador me dijo que tenía que hacer algo antes de estar en una esquina perdiendo el tiempo con mis amigos. Entrené, me gustó y llegando a mi casa les conté a mis padres que quería jugar al futbol, ellos me apoyaron.
"Empecé en el futbol a los 10 años. La realidad es que mi tiempo lo perdía en la calle, pasaba mucho tiempo en las calles con los chicos de la escuela. Jugaba mucho ahí, pero no hacía ningún deporte, no hacía más que eso, salir a pasear en el barrio", dijo.
A partir del deporte su vida fue otra, sus pensamientos se transformaron, buscó la gloria a través del futbol, de tal manera que pudiera regalarles una mejor vida socioeconómica a sus familiares más cercanos. México ha sido pieza clave para conseguir estos logros, toda vez que cuando él llegó al América, obtuvo la solvencia económica para adquirir una casa para sus padres.
"Nunca pensé en ser nada, fue hasta después de que empecé en el futbol cuando empecé a soñar y tener algo en mente. No me gustaba el futbol, pero de un momento para otro me cambió mi cabeza y me quise dedicar al cien por ciento al futbol y tratar de llegar a ser un profesional para sacar adelante a mi familia. México me ha ayudado a cumplir mi sueño, que era sacar a mi familia del barrio y comprarles una casa. Hoy lo tengo y se lo tengo que agradecer al futbol y a México por cumplirme mi sueño", comentó el delantero.
Lozano es también conocido como Huevo, sobrenombre que le acuñó su abuelo desde que nació en Montevideo, ya que se le detectó una hernia en un testículo. Fue el mismo ancestro quien le servía un plato de comida cuando sus padres no se lo podían otorgar.
"Es un apodo que tengo desde niño porque yo nací con un problema de una hernia que cada vez que yo hacía algún esfuerzo o algo se me inflamaba, y mi abuelo fue quien me puso 'Huevo' y se me quedó para siempre. Eso se lo tengo que agradecer bastante. Hoy no me molesta que me digan 'Huevo' porque toda la vida me lo han dicho.
"Decirle que lo quiero muchísimo porque la verdad que además de ser mi abuelo fue un gran padre, también, obviamente que tengo a mi padre y él lo es todo. Hoy en día estoy acá gracias a mi padre, pero cuando no teníamos para un plato de comida, allí estaban mi abuelo y mi abuela", concluyó.