
En tan solo unas semanas, el futbol en Europa se ha desplomado en la bolsa de valores donde clubes que cotizan en dichos índices han perdido millones de dólares. La noche del 19 de febrero comenzó el desplome bursátil del Stoxx Europe Football, que es el índice que reúne a todos los clubes que cotizan en bolsa.
Esa noche se jugó el partido entre el Atalanta de la Serie A y el Valencia de LaLiga, que favoreció a los italianos 4-1. Se jugó a puerta cerrada tratando de salvar al futbol de la pandemia, pero eventualmente fue inevitable cancelar las competiciones, incluida la UEFA Champions League.
La pandemia de coronavirus por el mundo que ha obligado a cerrar fronteras, confinar a la sociedad en sus casas y por ende a suspender todas las Ligas en Europa ha pegado muy fuerte a esta parte de la industria, que también ha dejado a merced de inversores la posibilidad de hacerse de acciones.
Este índice, mide el precio de las acciones de clubes como Juventus, Roma, Olympique de Lyon, Ajax o Borussia Dortmund.
¿En qué sentido ha favorecido a otro tipo de inversores esta caída?
De acuerdo con una investigación realizada por El País, el diario español, un ejemplo de estos cambios en el mercado bursátil relacionado con el futbol es Mapfre Behavioral, un fondo de inversiones que aprovechó la caída en las acciones del Borussia Dortmund para comprar acciones por la mitad de su precio normal.
¿Cuál es la previsión de este inversionista?
Tal vez ahora los activos del club estén devaluados, pero tienen entre sus filas a joyas como Erling Haaland. Una vez que este jugador sea fichado por otro club con más mayor potencial adquisitivo podría ingresar a las arcas del club 200 millones de euros. Todo podría ocurrir este mismo verano.
El escenario es muy amplio y diverso. Un ejemplo antes de la pandemia es el de la Roma. En 2011 James Pallota compró al equipo por 100 millones de euros y apenas en 2019 lo vendió por 800 millones.
“¿Qué hay que pensar? Que ahora mismo todos los clubes europeos que se cotizan en bolsa están infravalorados”, contó a El País José Parra, profesor de Derecho Mercantil, experto en la industria del ocio.