Una vez más el “patrioterismo” barato del medio futbolístico mexicano sale a relucir, ahora a causa de la llegada del colombiano Juan Carlos Osorio para tomar la dirección técnica del Tricolor.
Decenas de voces iracundas se han escuchado oponiéndose a esta contratación por parte de la Federación Mexicana de Fútbol. Técnicos mexicanos, entrenadores extranjeros con muchos años en el balompié nacional, así como comentaristas, periodistas y analistas de televisión ya pusieron el grito en el cielo.
“Es que no conoce el fútbol mexicano”; “no tiene merecimientos”; “si es tan bueno, ¿por qué no dirige a la Selección de Colombia?; “no tiene idea de cómo es la Eliminatoria en Concacaf”, “en México hay técnicos mejores que él”, y bla bla bla.
Me impacta la forma en que mucha gente descalifica la trayectoria de Osorio. Lo ningunean porque le dan poco valor a los cuatro títulos de Liga y dos de Copa que ganó en Colombia. Tampoco importa su preparación: profesional en Science and Football de la Universidad John Moores (Liverpool), título de director técnico de la UEFA (el mayor grado), título de director técnico clase A de la English Football Association, y título de entrenador del Royal Netherlands Football Association.
Ah, pero como es extranjero hay que pegarle, porque no tiene argumentos para dirigir a la Selección Mexicana. Ya me imagino la conferencia de prensa en su presentación, tratarán de reventarlo. Así funciona nuestro medio, desgraciadamente. Acá no acabamos de entender que el fútbol está globalizado.
A mí me agrada que la nueva administración de la FMF haya dado un vuelco en la elección del técnico nacional, que no jugara a la fácil de ir por un entrenador de moda en México o poner a un técnico al gusto de una televisora. Celebro que haya una apuesta distinta, fuera de lo común.