Francia 2019 es una ventana para conocer historias. Hoy, Amy Rodríguez es la elegida para conocer la dualidad de ser mujer dentro de las canchas: jugadora y madre.
Seleccionada con Estados Unidos, Amy posee dos medallas de Oro en Juegos Olímpicos, de Beijing 2008 y Londres 2012, además se coronó en el Mundial de Canadá 2015 con la plantilla estadounidense y es subcampeona mundial de Alemania 2011. Ella es madre de Ryan y Luke, de 5 y 2 años, a los que tuvo en plena carrera futbolística, el primero tras conseguir el Oro en Londres 2012 y el segundo un año después de que se coronara con EE.UU., en el Mundial.
"Cuando estaba de más o menos tres meses, dejé de jugar al futbol en ambos embarazos. Sin embargo, seguí activa. Contraté a un entrenador personal y seguí cuidándome físicamente porque sabía que quería volver jugar al futbol", comentó en entrevista para FIFA.
El apoyo fue fundamental para la seleccionada durante sus dos periodos de gestación: "Afortunadamente, la baja por maternidad estaba cubierta en mi contrato y mi equipo me apoyó económicamente durante ambos embarazos. Mis entrenadores se interesaban por mí de vez en cuando, pero estuve prácticamente sola. Con mis compañeras y mis amigos sí que mantuve el contacto, como era de esperar".
Ser jugadora y madre el mismo tiempo no es una tarea fácil, Amy lo ha logrado y sus dos pequeños son testigos de los frutos profesionales que caracterizan la carrera profesional de la futbolista.
Ella sabe que para demás mujeres el tema de quedarse embarazadas puede ser el fin de sus sueños dentro de la cancha, sin embargo, la aventura conlleva muchos sacrificios y el mensaje es claro.
"Les diría que estén preparadas para la aventura más loca y más dura de sus vidas, aunque la experiencia también será uno de los logros del que más orgullosas podrán estar. He tenido la fortuna de jugar para un gran club y de contar con un apoyo fantástico en mi entorno (mi marido y mi familia). Sin ellos, no lo hubiera conseguido".