
De niño, a Allan Saint-Maximin le hicieron una prueba de inteligencia y su coeficiente resultó ser más grande que el de muchos de sus compañeros de escuela. Por esta razón, su madre quería que enfocara sus esfuerzos en la academia, pero el mediocampista francés se aferró a jugar futbol.
Este domingo 24 de agosto de 2025, Maximin debutó con el pie derecho en la Liga MX, su gol encaminó al América al triunfo de 4-2 sobre el Atlas en la cancha del Estadio Jalisco.
¡Debutó, anotó y lo bailó! ????????????
— Club América (@ClubAmerica) August 25, 2025
¡El primero de Allan Saint-Maximin como Águila! ???????? pic.twitter.com/4cOKHrOGaN
Pero hace algún tiempo, cuando ni siquiera imaginaba que jugaría en México, otorgó una entrevista a PL Live en RMC Sport donde habló extensamente sobre otras facetas de su vida fuera de la cancha como la religión, su admiración por empresarios exitosos y desde luego los jugadores que lo inspiraron como Zidane.
¿Cómo era Maximin de niño?
En la entrevista cuenta cómo su madre le daba 10 euros durante su etapa escolar, y el jugador prefería comprarle dulces a compañeros que acudían al colegio sin dinero.
Sumado a esto, Maximin destacaba por sus habilidades escolares, situación que motivó a su madre a realizarle una prueba para medir su IQ y vaya sorpresa que se llevaron al darse cuenta que era de 145, muy por encima del promedio que debe ser alrededor de 109.

“Mi madre intentó hacerme un test de inteligencia para ver qué tal me encontraba, y mi coeficiente intelectual era bastante alto. No sé si aún lo tengo (risas), pero sé que me ayudó mucho, en muchos aspectos en lo que hago fuera del deporte”, expresó el jugador.
Esto le causó problemas porque consideró que era un niño incomprendido.
“Me incomprendían. Sin darme palmaditas en la espalda, a menudo miraba más allá. Esto no es necesariamente bueno, porque a la gente le gusta vivir al día y yo ya estaba pensando en mi vida, en lo que quería hacer, a dónde iba a llegar”, apuntó el jugador que asegura que la religión también es un pilar importante en su vida, ya que acude a la iglesia una o dos veces por semana.
Para colmo, su madre quería que se dedicara a estudiar en vez de enfocarse en el futbol, un consejo que desobedeció.
“(Mi madre) No necesitaba un examen para saberlo (que era talentoso). Estaba convencida. El examen fue su arma para decirme: ‘Sabes lo que tienes que hacer, esfuérzate al máximo en tus estudios y el futbol debería ser secundario’”.
Maximin siguió sus sueños de futbolista, pero…
El futbolista reveló todos los problemas que trajo consigo el convertirse en futbolista profesional, firmar un contrato a los 16 años y empezar a jugar con Saint Etienne, después al Hannover en Alemania, Mónaco, Niza y el Newcastle en la Premier League.
“La situación empeoró un poco ya que para mi madre no fue necesariamente la decisión correcta. Sabía todo lo que el futbol generaría, lo que traería de vuelta, y no se equivocó. Hubo críticas, gente con malas intenciones, estamos muy expuestos, son muchas cosas. Ya no era el ‘Allan en el anonimato’. Yo era el Allan que tiene que tener cuidado con todo lo que hace.“Las amenazas de muerte, las críticas, van demasiado lejos. Mi madre ya tenía una visión muy clara de mí cuando era pequeño. Mi madre me lo decía constantemente. El futbol es un pequeño mundo de tiburones. Prefería que me quedara en el colegio para evitarme muchos problemas. Y lo que tampoco quería, por eso digo que nuestra relación se deterioró un poco, era que tenía que irme de casa, ir a Clairefontaine a los 13, luego a Saint-Étienne”.
Le preguntaron: ¿Te considerabas talentoso?
“Lo sentía y sigue siendo así hoy en día. Me interesan muchas cosas, muchos deportes. Veo política, muchas cosas. Me interesan todos los campos, me gusta incursionar en todo, leo mucho. Me gusta observar las carreras de personas como el director de Tesla (Elon Musk) o el hombre de Amazon, Jeff Bezos. Es curiosidad. Es saber, preguntarse cómo pensaron para llegar a donde están hoy, comprender su historia, cómo era su familia, etc. Me interesa mucho”.
En temas de cancha, el francés asegura que su principal inspiración son jugadores como Ronaldinho, Thierry Henry y Zinedine Zidane, quien es un ejemplo de cómo dar los mejores pases.
“Para mí, la combinación de estos tres jugadores es la mejor de todos los tiempos”.
Y cuando le cuestionan que un jugador así no defendería, dijo:
“Si nos fijamos en Messi y Ronaldo, con todos sus Balones de Oro, son jugadores que defienden de vez en cuando, porque no les pedimos que lo hagan todo el partido”.

Y como buen francés, Maximin es un admirador de Zidane por sus pases y su idea para jugar.
“Me fijo en jugadores como Zidane. Entiendes que, aunque sea sencillo, un buen pase también puede ser un regate. Hay varias maneras de eliminar a un rival: una pared, una carrera, un buen control del balón. Para mí, el primer toque es fundamental. Con tu control, puedes eliminar a un rival”, sentenció el nuevo jugador del América.