En un sinnumero de ocasiones no nos hemos cansado de menospreciar a la Selección de Estados Unidos, así como vanagloriarnos de que en su propia casa jugamos como locales, pero lo que vimos ayer en San Antonio es la prueba más fehaciente de que ya creció el "gigante".
Herrera en su búsqueda de 46 jugadores para enfrentar dos torneos, presentó un cuadro improvisado, con poco trabajo en conjunto, con jugadores que apenas vestían la camisa del combinado nacional por primera vez y con los que no tienen que estar.
Por su parte, Klinsmann puso una base de la MLS con su estandarte Bradley con experiencia en Europa, y jugadores de la Liga Mexicana como Ventura Alvarado.
Siendo San Antonio una ciudad con un gran número de mexicanos, la US Soccer y la FEMEXFUT apostaron por un lleno en el Alamodome en donde comúnmente prevalece el dominio mexicano en la tribuna, aunado a que dicha ciudad no cuentan con equipo en la MLS. En esta ocasión la historia fue otra, ya que el equipo local administrativamente encontró una buena respuesta en la tribuna emparejando un 50/50 en las gradas, dando con esto la federación norteamericana un aviso de cara a lo que se encontrará el equipo mexicano en la Copa Oro.
En consecuencia de lo anterior, es de reconocer y plausible el trabajo que ha venido haciendo la USSF, no sólo en el terreno de juego sino en la promoción del fútbol, un deporte que compite con otros de mayor arraigo en el país del norte.
