El actual MVP de la NFL, el quarterback Aaron Rodgers, regresó con sus Green Bay Packers luego de haber considerado el retiro de los emparrillados, poniendo así fin a un enfrentamiento con el equipo.
El mariscal de campo de 37 años, que llegó el martes a los entrenamientos de Green Bay, detalló una relación conflictiva con la gerencia del club mientras buscaba una mayor participación en las decisiones de personal y llegaba a un acuerdo que podría llevarlo a partir después de la campaña de 2021.
"Fueron muchas cosas las que sucedieron", dijo Rodgers. "Comencé la conversación en febrero después de que terminó la temporada y simplemente expresé mi deseo de participar más en las conversaciones que afectaron directamente mi trabajo".
Rodgers añadió que "quería ayudar a la organización tal vez a aprender de algunos de los errores del pasado, sobre la forma en que se trató a algunos de los veteranos salientes y el hecho de que no retuvimos a un número de jugadores que siento que eran importantes".
Rodgers dijo que nada cambió con respecto a los Packers durante la temporada baja mientras pensaba en colgar su casco para siempre.
El estelar quarterback adelantó que "definitivamente fue algo en lo que pensé", dijo Rodgers. "Realmente estuve trabajando en mí mismo y en mi propio estado mental durante todo el verano, en varios momentos, decidiendo si quería seguir jugando o no. Pero el fuego todavía arde y quería estar en el equipo. Hemos resuelto algunas cosas en los últimos días y estoy aquí".
Rodgers dijo que tiene más para dar incluso después de una temporada en la que fue considerado el Mejor Jugador de la NFL.
Rodgers, quien llevó a los Packers a la victoria sobre Pittsburgh en el Super Bowl del 2011, fue nombrado MVP de la NFL en las campañas 2011, 2014 y 2020.
El año pasado, completó 372 de 526 pases, un porcentaje de precisión del 70.7%, el mejor de la liga, para 4,299 yardas y 48 touchdowns, el mejor de la NFL. Los Packers perdieron la temporada pasada en la final de la Conferencia Nacional ante el eventual campeón Tampa Bay de Tom Brady.
Fue la segunda temporada consecutiva y la cuarta vez en siete campañas que Green Bay quedó a una victoria del Super Bowl.
