Lograr 300 victorias como entrenador en la NFL, es un hito que pocos pueden presumir. El club de los 300 es tan exclusivo que solo 3 personas en la historia pueden presumir ser parte de esa elite.
Para lograr ser miembro de ese club el requisito más importante es la constancia, una palabra que, si buscamos en el diccionario deportivo, encontraremos al lado de la icónica fotografía de Don Shula siendo cargado por su equipo tras su último partido como entrenador en jefe en la NFL.
Durante 33 temporadas, Don Shula se encargó de mostrarle al mundo que la excelencia era el estándar a seguir en la liga más competitiva del mundo. Sus 347 victorias (incluyendo playoffs) siguen colocándolo como el más ganador en la historia, seguido por George Halas (324) y Bill Belichick (304). En esas 33 temporadas como entrenador, Shula solo tiene dos con récord perdedor (1976 y 1988).
Si bien dicen que nadie, como ser humano es perfecto, Don Shula logró que una organización si lo fuera, al menos por una temporada. Aquel año de 1972, los Miami Dolphins lograron lo que ningún otro equipo en los más de 100 de historia de la NFL ha podido conseguir: Una temporada perfecta.
Aquel récord de 17-0 es el epítome de la excelencia pregonada por el Coach Shula. Seguido a ese título de 1972, consiguió ganar otro Super Bowl, el último que ganaría como entrenador en jefe. Sin embargo, el nivel de exigencia siempre era ese y el objetivo era el mismo, ganar.
La tradición de los Delfines del 72 de abrir una botella de champaña cada año, cuando el último equipo de la temporada invicto perdía su primer partido, nunca será la misma. La NFL en si, no será la misma sin la presencia del hombre que marcó el estándar de lo que todos los entrenadores buscan y que, salvo por Bill Belichick, nadie luce ni siquiera cercano a conseguirlo.
The Miami Dolphins are saddened to announce that Head Coach Don Shula passed away peacefully at his home this morning. pic.twitter.com/MKAtXFA4zd
— Miami Dolphins (@MiamiDolphins) May 4, 2020
La NFL extrañará a un personaje que fue fundamental en forjar un legado inigualable, cuyo impacto fue tal, que sus logros no han podido ser rebasados. Don Shula es sinónimo de perfección y así es como será recordado.
