Muchos en México se desgarran las vestiduras porque finalmente Alejandro Zendejas se inclinó por ser elegible para la selección de Estados Unidos.
Señalan culpables, quieren la cabeza de quienes no fueron capaces de evitar que el también jugador de América aceptara el llamado del cuadro estadounidense, pero quedó demostrado que él iba a preferir estar donde se sintiera más cómodo en todos los sentidos, más allá de lo que le dictara el corazón, porque esta decisión se debía tomar con la cabeza fría.
Zendejas, nacido en Ciudad Juárez, Chihuahua, emigró desde pequeño a la Unión Americana, ahí se fue forjando como persona y deportista con los principios e idiosincrasia de la sociedad estadounidense, simplemente él se siente parte de ellos y por más que se tomara el tiempo para pensar que era lo que más le convenía. “Mi corazón me dice que mi futuro está representando a Estados Unidos”, escribió en sus redes sociales.
El futbolista también jugó sus piezas e impuso su estrategia frente a los dirigentes de selecciones nacionales, tanto con los que estaban antes y los que ahora tenían la misión de retenerlo, porque los llevó hasta el terreno que él quiso, pidiendo tiempo para meditar la respuesta que les daría.
Este camino sin regreso tomado por Alejandro Zendejas lo comenzó a recorrer desde que aceptó la convocatoria de la selección estadounidense en enero pasado, para los duelos amistosos frente a Colombia y Serbia; era evidente que la decisión ya estaba tomada y era firme.
Quedo claro que ni a la aún administración de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), a la cual se le cuestiona su falta de gestión en este y otros temas, ni los actuales encargados del destino deportivo y administrativo de selecciones nacionales fueron capaces de hacer cambiar de opinión al atacante americanista.
Aquí también se puede decir que le falló la gestión tanto a Rodrigo Ares de Parga, director ejecutivo de selecciones y al mismo técnico del Tricolor, Diego Martín Cocca, quienes se supone eran los que sí podrían hacer que Zendejas se inclinara por México, pero ni ellos, ni nadie pudo con esa tarea.
México, con 13 partidos en 2026
El cambio del formato de competencia para el Mundial del 2026 beneficiaría a México y Canadá para albergar 13 y no 10 partidos como se estableció desde un principio. Pasar de 32 a 48 selecciones incrementó a 104 el número de partidos, 40 más que el modelo anterior.
El Estadio Azteca, el Akron y el Gigante de Acero tendrían al menos un juego más de la primera ronda e igual que en Toronto y Vancouver. En la Unión Americana habrá 78 partidos entre sus 11 sedes.