El futbol es un espectáculo, por supuesto, pero antes que nada es un deporte profesional donde están en juego muchas cosas, entre ellas, la permanencia de los entrenadores en su cargo.
En los Torneos cortos que se estilan en México, la necesidad de asegurar puntos para calificar a la Liguilla o para salvarse del descenso, es imperiosa. Todo esto lo decimos en medio de la polémica por el futbol del Toluca, que luego de anotarle al América, se defendió en busca de conservar su ventaja.
Es verdad que tirarse atrás es una forma de renunciar al espectáculo, pero resulta válida porque en el futbol hay que saber cómo defender y defender es parte intrínseca del juego. Como aficionados al futbol preferimos la espectacularidad, la verticalidad, el dominio alterno y los goles, sobre todo los de nuestro equipo favorito, pero el opaco juego defensivo también tiene cabida y justificación, más todavía en el futbol esquematizado y demasiado táctico de nuestros días.
Y si la nota oxigenadora la dio el Pachuca al ganar al fin, la nota discordante las dieron las porras del América. En los viejos tiempos de la legendaria porra del Atlante eran famosas sus broncas contra la porra del equipo enemigo, pero ahora resulta que partidarios del mismo equipo se golpean entre ellos. Ayer en el Estadio Azteca, en el colmo de la contradicción, las barras "Monumental" y "Ritual del Kaos" se dieron a llenar, sembrando el pánico de algunos aficionados que no tenían vela en el entierro y dejando un saldo de varios heridos y algunos detenidos.
Ya habrá oportunidad de expresar mi punto de vista sobre estas barras de fuerte influencia sudamericana en sus cánticos; baste hoy con censurar el despropósito de una batalla entre muchachos que apoyan al mismo equipo de futbol. La unión hace la fuerza, y con las barras divididas de alguna manera se debilita el apoyo al conjunto amarillo.
Heriberto Murrieta es conductor de la cadena ESPN.
