En esta columna hemos analizado los 32 dueños de la NFL, el cómo, medianamente se hicieron de su fortuna y el cómo la invierten a través de sus equipos en la liga más importante y redituable del mundo. Así como analizamos parte de los protagonistas de esta liga, ahora dedicaremos unos párrafos para hacer lo propio con la MLB, acomodándolos en orden ascendente de acuerdo a la fortuna de sus dueños.
En la posición 30, Bob Castellini proviene de una familia con tradición en el negocio de distribución de frutas y verduras. Sus ancestros fundaron una empresa familiar dedicada al comercio mayorista de productos agrícolas, la cual con el tiempo y bajo su liderazgo se convirtió en un pilar de la distribución de alimentos en la región. Tras completar sus estudios en economía en Georgetown University y un MBA en Wharton School, regresó a Cincinnati y se involucró de lleno en la empresa familiar, escalando cargos hasta asumir la presidencia en 1970. En 1992 pasó a ser presidente del conglomerado empresarial —la Castellini Group of Companies— que, bajo su dirección, extendió sus operaciones más allá de la distribución de frutas: incluyó procesamiento de alimentos, almacenaje, logística, transporte y bienes raíces, lo que permitió diversificar y robustecer su portafolio económico.
Esa base empresarial sólida y diversificada le dio los recursos financieros y la reputación local suficientes para aspirar a más. Castellini ya tenía experiencia en negocios de Grandes Ligas: en distintos momentos fue inversionista minoritario en varios equipos como los Texas Rangers, los Baltimore Orioles y los St. Louis Cardinals. Esa trayectoria le dio familiaridad con el negocio del béisbol profesional, lo que eventualmente le permitiría encabezar una compra de gran envergadura.
La oportunidad para tomar control del Cincinnati Reds llegó tras la decisión del entonces propietario Carl Lindner, Jr. de vender la mayoría accionaria del club. En 2005, Lindner acordó entregar el control a un grupo de inversionistas locales encabezados por Castellini —una opción atractiva porque mantenía la propiedad en manos de ciudadanos de Cincinnati. El 19 de enero de 2006 la transacción se concretó: el grupo liderado por Castellini adquirió entre el 70 % y 80 % de la franquicia, con un valor estimado en 270 millones de dólares. De esa forma, Bob
Castellini se convirtió en el propietario principal y “managing general partner” de los Reds.
Su decisión de adquirir al equipo no fue meramente comercial: Castellini ha dicho que su motivación también era preservar la identidad del club en su ciudad natal. Como aficionado de toda la vida de los Reds, su meta era devolver al equipo a manos locales y reforzar su vínculo con la comunidad de Cincinnati. En ese sentido, su fortuna construida con años de negocio familiar y diversificaciones permitió llevar a cabo un proyecto de tal dimensión —comprar y dirigir una franquicia centenaria de Grandes Ligas— demostrando una combinación de visión empresarial, raíces locales y pasión deportiva.

Bruce Sherman se hizo rico principalmente en el mundo de las finanzas: en 1985 co-fundó la firma de gestión patrimonial Private Capital Management (PCM). Esa empresa creció hasta manejar miles de millones de dólares en activos, lo cual permitió a Sherman consolidarse como un administrador de patrimonio exitoso. En el año 2001 vendió PCM a otra firma (según los reportes, a Legg Mason), por una cifra significativa. Esa venta le dio el capital necesario y la reputación financiera para emprender inversiones mayores.
En agosto de 2017, Sherman encabezó un grupo de inversionistas —incluyendo al ex pelotero Derek Jeter— para comprar los Miami Marlins. El monto acordado con el entonces propietario fue de $ 1,200 millones de dólares. Dentro de ese consorcio, Sherman aportó cerca de $ 400 MDD, lo que le permitió quedarse con un control mayoritario de la franquicia (aproximadamente 46%). Al concretarse la venta —aprobada unánimemente por los dueños de la liga— Sherman se convirtió en presidente y propietario principal de los Marlins, mientras Jeter asumió el rol de CEO para manejar las operaciones diarias del club.
Respecto al valor actual del equipo, las estimaciones más recientes lo sitúan en alrededor de US $1.05 – 1.10 mil millones de dólares a marzo de 2025. Esa cifra refleja la valoración del franquicia con base en el acuerdo de estadio vigente (sin descontar la deuda por estadio). Según los datos, la franquicia tuvo ingresos de aproximadamente $ 317 MDD y un ingreso operativo (“EBITDA”) de $ 38 MDD en su más reciente año fiscal.
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Dick Monfort proviene de una familia ligada al negocio de la ganadería y al procesamiento de carne. Su padre, Kenneth Monfort, era dueño de una empresa de envasado y distribución de carne, que en 1987 fue vendida a la corporación ConAgra Foods por $365.5 millones de dólares. Dick trabajó como comprador de ganado entre 1974 y 1984, ascendió a vicepresidente ejecutivo, y luego fue presidente de ConAgra Red Meats antes de que concluyera la venta. Gracias a esta trayectoria en negocios cárnicos y de distribución, acumuló una base patrimonial sólida que le permitió incursionar en inversiones de mayor escala.
La oportunidad de involucrarse en el béisbol llegó con la expansión de la liga. En 1993, los Monfort —Dick junto con su hermano Charles Monfort— formaron parte del grupo fundador que estableció a Colorado Rockies como franquicia de expansión. La “expansion fee” pagada entonces fue de unos $ 190 MDD. Con el paso de los años —y tras adquirir las participaciones del grupo original— para 2005 los hermanos Monfort compraron la parte del cofundador Jerry McMorris, asumiendo el control total de la franquicia. Desde entonces, Dick Monfort funge como dueño, presidente y CEO del club.
Respecto al valor actual del equipo, las estimaciones más recientes sitúan a los Colorado Rockies entre los clubes más valiosos de Grandes Ligas. Según una valoración de 2025, la franquicia tiene un valor de aproximadamente $1.62 mil MDD. En otros listados aparece con valores entre $1.48 mil millones y $1.475 mil millones. Esto representa un aumento notable comparado con el monto original invertido en los años 90.
Bob Nutting proviene de una familia cuyo patrimonio se fundó en los medios impresos: la empresa Ogden Newspapers, un conglomerado de periódicos y medios de comunicación que opera decenas de publicaciones en diversos mercados —sobre todo pequeños—, fue fundada por su bisabuelo en 1890. Con el tiempo, Nutting heredó y asumió la presidencia y dirección de Ogden Newspapers, lo que constituyó la base principal de su fortuna. Adicionalmente, hasta hace poco formó parte de negocios recreativos como estaciones de esquí —antes de vendérselas a otra empresa en 2021— lo que diversificó su portafolio económico.
La entrada de Nutting al beisbol profesional se concretó cuando su familia —o el grupo de propietarios— compró los Pittsburgh Pirates. La adquisición original se remonta a 1996, cuando el equipo cambió de manos por un monto de unos $ 92 MDD. Con el paso de los años, Bob Nutting se convirtió en el propietario principal y presidente del consejo del equipo: oficialmente desde 2007.
Desde su gestión, el club ha estado marcado por una estrategia financiera conservadora. Aunque ocasionalmente la organización ha invertido en mejoras de infraestructura —como instalaciones de primavera, un campo de entrenamiento renovado, nuevos dormitorios, mejores instalaciones para jugadores y afiliados de ligas menores—, muchos críticos señalan que Nutting prioriza la rentabilidad sobre el gasto en nómina y talento. Esta estrategia le ha generado críticas constantes de aficionados y medios, especialmente porque los Pirates han tenido muchas temporadas decepcionantes desde 2015.
En cuanto al valor actual de la franquicia, según listas recientes de valoración de equipos de Grandes Ligas, los Pittsburgh Pirates están valuados en aproximadamente $ 1.47 mil MDD en 2025. Esto representa un aumento muy significativo respecto al precio original que pagaron en 1996 —una clara muestra de la apreciación del valor del equipo a lo largo de casi tres décadas.
Ken Kendrick construyó su fortuna en el mundo del software y la banca. Tras trabajar unos años en IBM, fundó en 1968 la empresa Datatel, Inc., dedicada al desarrollo de software para la administración de instituciones de educación superior. Con el paso del tiempo, esa compañía creció considerablemente y terminó fusionándose —junto con otra empresa del ramo de tecnología educativa— para formar lo que hoy es Ellucian. Además, en la década de 1980 y siguientes, Kendrick diversificó su patrimonio: invirtió en el sector bancario como principal inversionista en Woodforest National Bank, un banco estadounidense con estructura de propiedad mayoritariamente de empleados, lo que reforzó su patrimonio.
Su desembarco en el béisbol profesional llegó con la creación de los Diamondbacks. En 1995 formó parte del grupo fundador que trajo a la franquicia como equipo de expansión a la MLB. Más adelante, en 2004, Kendrick asumió el rol de “managing general partner” —es decir, socio gerente general— y se convirtió en dueño principal del equipo, tomando control operativo y representando a la franquicia ante la liga. Durante su gestión, los Diamondbacks han atravesado ciclos de éxitos y retos: han ganado divisiones, disputado playoffs, y también han reestructurado su deuda.
En cuanto al valor actual de la franquicia, estimaciones recientes ubican a los Arizona Diamondbacks con un valor de mercado de alrededor de $ 1.75 mil MDD.
John Sherman forjó su fortuna en el sector energético. Su primer emprendimiento importante fue LPG Services Group, que creció con rapidez y en 1996 se fusionó con Dynegy. Ese mismo año fundó Inergy, L.P., que se convirtió en empresa pública en 2001. Sherman dirigió Inergy (y su filial de midstream, Inergy
Midstream) como chairman y CEO, llevando a la compañía a un periodo de expansión y consolidación notable. Finalmente, en 2013 Inergy se fusionó con Crestwood Holdings, resultando en una entidad de gran envergadura en el sector energético, lo que cimentó su patrimonio personal.
Gracias a esa base económica y experiencia empresarial, Sherman incursionó en el beisbol profesional. En 2019 lideró un grupo de inversionistas para comprar los Royals al entonces propietario David Glass. La adquisición se concretó el 25 de noviembre de 2019 tras la aprobación unánime de los demás dueños de la liga. Con ello, Sherman se convirtió en chairman y CEO del club, asumiendo el control mayoritario de la franquicia.
Desde su entrada como dueño, Sherman se ha presentado como un “steward” del legado de los Royals, con intención de combinar negocio, competitividad deportiva y compromiso comunitario. Además, su grupo inversionista incluye personas y empresas locales de Kansas City, lo que refuerza su vínculo con la ciudad.
En cuanto al valor actual del equipo, distintas estimaciones recientes sitúan a los Kansas City Royals alrededor de $ 1.3 mil MDD en 2025.
Patrick Zalupski amasó su fortuna en el negocio inmobiliario. Es fundador, presidente y CEO de Dream Finders Homes, una empresa constructora con base en Jacksonville (Florida). Bajo su liderazgo, la compañía pasó de proyectos modestos de vivienda a convertirse en una de las constructoras de casas más dinámicas de Estados Unidos; su expansión le permitió acumular un patrimonio personal que, según estimaciones recientes, ronda los $ 1.4-1.6 mil MDD. Esa solidez financiera y su experiencia empresarial en bienes raíces marcaron la base que le permitiría aspirar a inversiones de mayor magnitud, como la compra de una franquicia de Grandes Ligas de Béisbol.
En 2025, Zalupski lideró un consorcio de inversionistas que concretó la compra de los Tampa Bay Rays. En septiembre de ese año, la venta se cerró oficialmente tras recibir la aprobación de los dueños de la liga. Aunque el monto exacto no fue revelado por el club, medios especializados estimaron el precio de compra en alrededor de $ 1.7 mil MDD. Con ello, Zalupski asumió el rol de “control person” de MLB y co-chair del equipo, pasando a encabezar la dirección estratégica del club.
Respecto al valor actual de la franquicia, antes de la venta reciente las estimaciones situaban a los Rays en torno a los $1.25 mil MDD. Ahora, con la operación concluida a 1.7 mil millones, ese monto puede considerarse como una nueva referencia de valor de mercado para el equipo — reflejando no solo sus activos deportivos, sino también su potencial mediático, comercial y su entorno inmobiliario, un factor clave considerando los desafíos de estadio que enfrentan.
Hal Steinbrenner es actualmente el presidente y “managing general partner” de la organización propietaria de los Yankees, la Yankee Global Enterprises (YGE). Su fortuna personal —estimada en alrededor de $1.6 mil MDD en 2025 — proviene, en gran medida, de la herencia y la participación en los negocios familiares de los Steinbrenner, así como de la participación en el valor creciente del propio club y de empresas vinculadas al deporte como la red de televisión del equipo, concesionarias y otros activos vinculados al ecosistema deportivo.
El origen de la propiedad de los Yankees se remonta a su padre, George Steinbrenner, quien —al frente de un grupo de inversores— compró el club en 1973 a la cadena CBS por unos $10 MDD (el costo neto ajustado al valor final de la transacción fue aproximadamente $8.8 millones). A la muerte de George en 2010, la participación de la familia pasó a sus herederos; Hal asumió el liderazgo de la franquicia, tomando el control operativo como managing general partner.
Desde entonces, bajo la dirección de Hal y la estructura empresarial de YGE, los Yankees han evolucionado más allá de un equipo de béisbol: la franquicia y sus activos vinculados (como la red televisiva, la gestión de concesiones, otros negocios deportivos y de entretenimiento) constituyen una enorme empresa mediática y de ocio. Esta diversificación, junto con la historia, la marca y el valor mediático del club, han sido fundamentales para incrementar su patrimonio de forma exponencial.
En cuanto al valor actual de los Yankees, distintas estimaciones recientes sitúan al club —junto con sus negocios vinculados— como una de las franquicias más valiosas del deporte mundial. Por ejemplo, informes recientes de valoración de organizaciones deportivas lo colocan en varios miles de millones de dólares.
Mark Attanasio hizo gran parte de su fortuna en el mundo de las finanzas. En 1991 cofundó Crescent Capital Group, una firma de inversión con sede en Los Ángeles especializada en créditos y deuda (debt-focused). Esa empresa creció hasta manejar decenas de miles de millones de dólares en activos bajo administración, lo que consolidó su posición como inversionista de alto perfil.
Su ingreso al mundo del beisbol profesional se concretó cuando, en 2005, encabezó un grupo de inversores que compró a los Brewers. El precio de la transacción fue de aproximadamente $ 223 MDD. Desde entonces, Attanasio funge como “chairman and principal owner” de la franquicia, aportando su mentalidad empresarial al manejo del equipo.
Bajo su dirección, los Brewers pasaron de ser un equipo golpeado por años de malos resultados a convertirse en un contendiente regular. Gracias a una combinación de inversiones en desarrollo de talento, mejoras en instalaciones —incluyendo su estadio, American Family Field—, optimización en operaciones y una estrategia de negocio disciplinada, Milwaukee se consolidó como un ejemplo de éxito para franquicias de mercado pequeño.
Respecto al valor actual del equipo: según una valoración reciente, en 2025 los Milwaukee Brewers están valuados en aproximadamente $ 1.7 mil MDD. Esto marca un salto enorme respecto a los $ 223 millones pagados en 2005.
Jerry Reinsdorf comenzó su carrera no en el deporte, sino en el mundo del derecho y los bienes raíces. Tras graduarse como abogado, fundó en 1973 la compañía Balcor Company, especializada en sociedades de inversión inmobiliarias; este negocio resultó exitoso y en 1982 lo vendió a American Express, lo que le reportó una ganancia considerable y le otorgó una sólida base financiera para sus futuros emprendimientos.
Con esos recursos y visión empresarial, Reinsdorf dio el salto al deporte profesional. En 1981 —junto con un grupo de inversores— compró a los White Sox por alrededor de $ 19–20 MDD. Bajo su mando, el club recibió cambios rápidos: aumentó su presupuesto promocional, reforzó su estructura de scouting, y firmó acuerdos de transmisión televisiva que buscaban ampliar su alcance.
Durante los años siguientes, Reinsdorf también diversificó su inversión en el deporte: en 1985 encabezó la compra del equipo de básquet Chicago Bulls, maniobra que consolidó su posición como uno de los dueños más influyentes del deporte profesional en Estados Unidos.
Respecto al valor actual del equipo: estimaciones recientes lo sitúan en alrededor de $ 2.05–2.15 mil MDD.
Este primer repaso por las trayectorias de estos propietarios revela un patrón inequívoco: detrás de cada franquicia de Grandes Ligas existe un empresario que construyó su fortuna mediante décadas de trabajo, diversificación y visión estratégica en sectores tan variados como la agricultura, las finanzas, los medios, la tecnología, el sector energético y los bienes raíces. Desde la tradición familiar de los Castellini y los Monfort, hasta los imperios financieros de Sherman, Attanasio o Kendrick, o las herencias empresariales y expansiones mediáticas de Hal Steinbrenner y Jerry Reinsdorf, todos comparten un elemento común: transformaron su éxito económico en un proyecto deportivo de gran escala. La adquisición de sus equipos —en algunos casos como inversión patrimonial, en otros como proyecto comunitario o como expansión de sus negocios— demuestra que el béisbol es más que una actividad deportiva: es un espacio donde convergen pasión, arraigo local y una sofisticada visión empresarial que ha llevado a estas franquicias a multiplicar exponencialmente su valor en el mercado deportivo moderno…Soy Javier Balseca y esto fue: Los dineros del deporte.
Javier Balseca. Lic Marketing con especialidad en Sports Mkt e industria del entretenimiento. Catedrático de sports Mkt Anáhuac y Tec de Monterrey; representante comercial de equipos profesionales de Liga MX, LMB, LMP y columnista en medios y conferencista.
