El Coronavirus está teniendo un impacto multifacético. A nivel global hay más de 100 mil casos de contagio oficialmente reportados, situación que tiene a todos los gobiernos del mundo en estado de alerta y prevención. El virus ha causado el desplome de los mercados financieros y en lo que esta columna concierne, cientos de eventos deportivos suspendidos o cancelados causando millones de dólares en pérdidas.
La determinación de ir cancelando eventos ha ido de menos a más. Asiáticos y europeos, los primeros en ser afectados por el virus, fueron también los primeros en reaccionar con la cancelación de eventos. Mediáticamente, la Serie A italiana es quizás la liga más reconocida en haber detenido sus partidos, pero a ésta se le suman torneos de decenas de disciplinas, desde bádminton hasta Formula 1.
En nuestro continente el miedo es cada día mayor, las principales ligas de Estados Unidos ya empezaron a tomar medidas de prevención como limitar el acceso de reporteros a los vestidores en MLB, NBA, NHL y MLS. A pesar de ello no se descarta que pronto estos eventos se realicen a puerta cerrada.
Con el cierre de las puertas de los estadios y arenas en Estados Unidos y el resto del mundo llegarán pérdidas millonarias. Estos eventos cuentan con patrocinios pagados de forma anticipada, boletos vendidos con meses de antelación y contratos firmados con proveedores de alimentos, derechos de televisión, seguridad, hospedaje y cualquier otra categoría imaginable. Todo el impacto económico que deja un espectáculo deportivo se verá afectado.
Las entidades responsables de albergar estos eventos apelaran a las pólizas de seguro que respaldan su operación. Quizás en algunos casos logren mitigar las pérdidas, pero será imposible eliminar por completo el caos que genera suspender o cancelar eventos que son seguidos por millones de personas directa o indirectamente.
En el horizonte tenemos los Juegos Olímpicos de Tokyo, en mi opinión, el evento deportivo más importante del mundo. El Comité Olímpico Internacional (COI) estima una inversión de $5.9 mil millones de dólares que serán compensados con ingresos por la misma cantidad. Tras una inversión de ese tamaño parecería inimaginable una cancelación o siquiera una suspensión. De momento el COI se ha mantenido firme con el apoyo a la organización nipona, pero si a nivel mundial el virus no se logra controlar pronto, es posible que suceda lo inimaginable.
¿En México? Sólo 5 casos según nuestros gobernantes, y ningún tipo de control en los eventos masivos.
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