El pasado fin de semana nos regaló un momento muy emotivo en el futbol, específicamente en el Ascenso MX con el cuadro del Atlético Zacatepec, un episodio de los que más me han conmovido durante estos años que le he dado seguimiento a la categoría.
Bien dicen que el balompié te regala infinidad de historias para contar, las cuales se quedan grabadas y muchas de ellas nos llevan a la estrecha relación que a veces hay entre aficionados y jugadores o cuerpo técnico.
El 14 de febrero nos despertábamos con una desafortunada noticia para la familia cañera, el fallecimiento de Marcos Daniel Quiroz González, mejor conocido como “Marquitos” en el entorno del cuadro morelense. Pero Marcos no era un aficionado cualquiera al Zacatepec, ya que el equipo que visitaba el Agustín “Coruco” Díaz seguro tenía la oportunidad de conocerlo por su increíble simpatía.
Marquitos, oriundo de Tlaquiltenango, Morelos, a solo cinco kilómetros de Zacatepec, era un balonero con un trastorno de crecimiento, pero que eso nunca fue impedimento para mostrar su enorme pasión por el equipo del ingenio cañero cada 15 días, siempre colocándose a un costado de la banca que ocupa el técnico argentino Ricardo Valiño.
De hecho, ya era muy común ver ese tipo de ritual entre el estratega sudamericano con Marcos Daniel, tras enfundarse en emotivo abrazo previo al arrancar cada partido en el “Coruco”, durante el trayecto del entrenador rumbo a las bancas. Era muy querido por el plantel, directiva, dentro del club y la misma afición de Zacatepec; pues siempre tenía una sonrisa para cualquier momento, que lo llevaban a tener diversas postales con los jugadores de la escuadra morelense y hasta rivales.
Recuerdo que en uno de sus actos de fervor por Atlético Zacatepec, llevó un ramo de flores a un altar de la Virgen de Guadalupe en su querido Tlaquiltenango pidiendo que el cuadro cañero saliera campeón, esto durante la Final anterior contra Alebrijes.
Curiosamente el juego ante este mismo contrincante, pero ya de la Jornada 4 en el presente torneo; sirvió para recordar a Marquitos. Fiel a su labor humanitaria que ha hecho este club, los jugadores salieron a calentar con playeras que en el frente llevaban el rostro de Marcos y atrás el número 12 con su nombre. También en el lugar donde siempre se ubicaba como recoge pelotas se colocó una casaca con su nombre y el mismo dorsal 12.
Mientras que en el medio tiempo ante los oaxaqueños se le rindió un homenaje en su memoria con el resto de los baloneros quienes fueran sus compañeros y también con sus familiares.
Este tipo de actos que tuvo Atlético Zacatepec, me confirmaron que son una gran familia fuera y dentro de la cancha, la cual encabeza su Presidente Víctor Arana. Ese sentimiento de unión me trasladó cuando diversas localidades morelenses fueron muy golpeadas por el terremoto de 2017 y que inmediatamente jugadores y cuerpo técnico del club cañero salieron con palas y picos para sacar escombros, entregar víveres y cuyo estadio fungió como centro de acopio y albergue.
Sin duda que la esencia de Marquitos estuvo presente el sábado en el “Coruco” durante el triunfo de Zacatepec. Fue una energía distinta que ayudó al cuadro morelense para que se sobrepusiera a un penal errado, una expulsión y en minutos ya de compensación el arquero peruano Alejandro Duarte detuviera una pena máxima y que los tres puntos se quedaran en casa para la escuadra de Valiño quien dedicó la victoria de una forma especial hasta el cielo para Marcos Daniel.
Este es un pequeño homenaje para un gran aficionado, Marcos Quiroz, que seguro así como Marquitos hay muchas pasiones que contar de diversos aficionados en la Liga de Plata.