Ya lo de menos es el apodo, lo que debe importarle a Chivas es que este muchacho se convierta en realidad y no se quede en una promesa más que no se consolida en la Liga MX con el Rebaño.
Con 263 minutos disputados en Primera División con el Guadalajara, repartidos en 7 partidos, hoy la Chofis cobró fama por el doblete que marcó en Monterrey viniendo de la banca para darle el triunfo al cuadro rojiblanco sobre Rayados, líder del Clausura 2016.
Tan inesperado el resultado a favor del Rebaño como la irrupción de este mediocampista para ser la figura del partido y así romper con el paso invicto del Monterrey en casa desde que se inauguró el Estadio BBA Bancomer.
Javier Eduardo López Ramírez (nadie lo conoce así en el medio futbolístico) llama la atención ahora en el campamento de Chivas por encima de hombres como Omar Bravo o Gullit Peña. Y todo porque la rompió en un juego que ni siquiera disputó completo.
Así de necesitado está el Guadalajara de un hombre que proyecte calidad y pasión por la escuadra rojiblanca. Pero lo mejor para el equipo que dirige Matías Almeyda sería que la Chofis no se quede en un efímera actuación sobresaliente y que no se pierda en el camino como ha ocurrido con otros elementos como el Gauchito Ávila, Kristian Álvarez, Giovani Casillas, Carlos Fierro y hasta el mismo portero Toño Rodríguez, entre otros.
Porque López ya no es ningún chavito, tiene 21 años y 6 meses de edad, o sea que está en el límite como para que no se le escape el tren de la consolidación en Primera División.
Depende mucho de él, de que no se vuele como tantos otros que se marearon con un poquito de fama, pero también del técnico Almeyda y de la directiva, para que empiece a cobrar mayor importancia dentro del equipo, se gane la titularidad y después tenga continuidad.
Es un zurdo habilidoso, de esos que no surgen muy a menudo en el futbol mexicano. Y aunque no nos guste eso de la Chofis como apodo, si después se convierte en figura lo del sobrenombre ya ni nos va a importar.
