En estos días donde la visita del Papa ha acaparado la atención mediática, no faltaron los oportunistas que se subieron al barco con tal de "dar la nota" y darle notoriedad a los equipos de su preferencia.
Primero, un aficionado de Rayados visitó el Zócalo de la Ciudad de México para estar cerca de Francisco con el objetivo de arrojarle una bufanda del equipo regiomontano. Por su puesto tuvo sus cinco minutos de fama.
Luego, la hija del preparador físico de Cruz Azul hizo lo propio. Ella fue a la Basílica para lanzarle una playera del equipo, y por supuesto recibió la atención de los medios de comunicación.
Una más. Seguidores del Atlante se colocaron en una de las avenidas por las que pasaría el Papa en la Ciudad de México y colgaron una manta azulgrana con la imagen de Francisco pidiéndole que rezara por el ascenso del equipo.
En un recorrido por el Hospital Infantil de México, Francisco recibió de un menor la camiseta de los Pumas, situación que el Club Universidad presumió en su sitio web.
Pero el oportunismo no queda en hechos “aislados” de aficionados, pues desde las esferas oficiales también lo hicieron. En la visita del Papa a Tuxtla Gutiérrez el plantel completo de Jaguares acudió al evento celebrado en el Estadio Víctor Manuel Reyna. Lo mismo ocurrió con Monarcas en la estancia de Francisco en Morelia.
Además, hubo mensajes de “bienvenida” en cuentas oficiales de Redes Sociales por parte de equipos como Veracruz, Chivas, Santos.
Todo esto a pesar de que los clubes violan el Código de Ética de la Federación Mexicana de Futbol, que prohíbe el proselitismo político y religioso.
Pero la cosa es treparse al tren y ganar notoriedad. Oportunismo puro. Y si ustedes creen que también soy oportunista por tocar el tema, tienen razón.
