Ahora resulta que el “Tuca” es un dócil y tierno entrenador. ¿Qué le pasó a Ricardo Ferretti? ¿Por qué llegó al Tricolor y se “domesticó”?
El “Tuca” que hemos visto en los últimos 10 días como técnico de la Selección Mexicana no se parece en nada al que por años y años ha dirigido en el fútbol nacional. Desde no convocar a los hermanos Dos Santos a petición del alto mando de la FMF, hasta dar permisos especiales a jugadores para que se reportaran con retraso a la concentración en Estados Unidos, así de radical es el nuevo rostro de Ferretti.
No, que no nos engañen, ese no es el “Tuca”. Con él no van ese tipo de concesiones. Eso de dejar que el “Chicharito” jugara un partido amistoso con su nuevo club, el Bayer Leverkusen, y así perderse el de preparación del Tri ante Trinidad y Tobago, o que le permitiera a Jesús Manuel “Tecatito” Corona de plano no integrarse al equipo nacional, y a Layún llegar tarde, tampoco hace sentido si el técnico es Ferretti.
La férrea disciplina y el don de mando los dejó en Tigres. Tal parece que el estratega brasileño llegó a la Selección a pasarla bomba, a no confrontar a directivos ni asumir la autoridad que tiene sobre los jugadores.
Bueno, hasta celebró y se puso feliz con los goles en el empate 3-3 contra Trinidad y Tobago, en uno de esos partidos que él bautizó como “moleros”. Y todavía defendió a sus defensas a pesar de las múltiples facilidades que dio para que los trinitarios generaran tantas jugadas de gol. No, en serio, este no es el “Tuca” que todos conocemos.
Se nota que sí de plano nada más le está haciendo el favor a la FMF para que mientras busquen al técnico que se quedará de manera definitiva en el proceso para el Mundial de Rusia 2018.
Por todo esto que se liga con no perfilar la alineación que enfrentará a Estados Unidos el próximo 10 de octubre, las desafortunadas lesiones que propiciaron varias bajas en el Tricolor y porque los dirigentes encargados de designar al técnico nacional tras el interinato de Ferretti aún no tienen claridad sobre quién será esa persona, la escuadra mexicana es una pachanga. No hay claridad de nada, más bien incertidumbre y miles de dudas tanto en la cancha como fuera de ella.