La cancha del Estadio Rommel Fernández presentó una mejoría considerable en relación a lo que mostró un día antes del enfrentamiento entre Panamá y México, a pesar de que toda la mañana estuvo lloviendo la capital panameña.
El césped luce sin los encharcamientos que tenía en las dos áreas y en las laterales, pues la administración del inmueble trabajó a marchas forzadas para que estas desaparecieran, además de que tuvo un tratamiento especial durante el aguacero que cayó.
No obstante, pesar de la mejoría, el terreno de juego sigue estando un tanto floja, y es que a pesar del tratamiento que se le dio hubo muy poco tiempo para que se secara.
La zona que más afectada se ve es la de la portería sur del estadio, pues cerca de la línea de gol tiene muy poco pasto, al igual que el manchón penal.
Cabe señalar que ninguno de los dos equipos pudo reconocer la cancha el día previo al juego, pues la Concacaf determinó que era mejor dar reposo para que estuviera lo mejor posible este día por lo que el Tri trabajó en unas pequeñas canchas frente a su hotel de concentración Panamá en una cancha de pasto sintético a un costado del inmueble.
