
Habían pasado 22 partidos sin que reaccionara, dos técnicos habían sido despedidos (Ricardo La Volpe y Arpad Fekete), era 1990 y Chivas rondaba los sótanos del descenso, justo como ahora.
Pero la respuesta de hoy está quizá en lo sucedido hace casi 30 años, cuando Miguel Ángel López tomó la batuta del Guadalajara y con base en varias modificaciones tácticas logró cambiar el rumbo del equipo, que solo tenía 17 puntos en el mencionado número de Jornadas.
En este torneo, Tomás Boy se cansó de variar alineaciones pero sus movimientos han sido más bien hombre por hombre, sin lograr que el equipo reaccionara pues ocupa el penúltimo lugar en la Tabla del Descenso y es el lugar 14 general con 11 puntos.
“Tuve que modificar ciertas cosas, las modifiqué y fue brillante haber salido de esa situación”, recordó el “Zurdo” López, quien había sido campeón con América en la Temporada 1984-85 y años más tarde volvió para salvar a Chivas.
Poco a poco, el Guadalajara revivió al grado de que incluso estuvo cerca de clasificar a Liguilla.
“Tuvimos un ascenso en la Tabla de Posiciones meteórico porque yo lo tomé estando entre los cuatro últimos. A mí lo que me importaba principalmente era que no descendiéramos. Estuvimos como 12 o 14 partidos sin perder”, agregó.
Una de sus claves fue colocar Benjamín Galindo en la media cancha y quitarlo de la delantera, lo que luego le valió incluso para ir a Selección. Con el paso del tiempo llegaron resultados para terminar con 38 unidades en tercer lugar del Grupo.
Al igual que lo hizo el Zurdo López hace 30 años, el “Jefe” realizó varias modificaciones sin resultados. Oribe Peralta y Toño Rodríguez fueron titulares en la delantera y la portería, respectivamente, pero luego cambió por Alexis Vega y Raúl Gudiño.
Curiosamente, fue con el Cepillo como Chivas ganó dos de las tres victorias del torneo, aunque Vega ha logrado dos goles, uno de ellos ante Atlas que significó el otro triunfo.
Otros cambios de Boy se dieron en la defensa, donde Hiram Mier era titular pero luego se lesionó, igual que con Oswaldo Alanís. Muchos experimentos con un triste desenlace: el despido del Jefe a días de que se lleve a cabo el Clásico ante América.
“Era difícil, pero tenía fe en mí, en la institución y en el grupo de jugadores que tenía con experiencia y tenía a Benjamín Galindo, por ejemplo. Un gran jugador y también el resto del equipo, confiaba en salir de la situación y así fue”, añadió el Zurdo.