En poco más de tres meses, la vida de Guillermo "Pol" Fernández dio un giro radical: de ser banca en Cruz Azul y tener un futuro incierto, en Boca Juniors encontró la continuidad y confianza que necesitaba hasta convertirse en uno de los pilares en la obtención de la Superliga.
Fernández salió de la Máquina en los primeros días de enero de este año tras ser seducido por Juan Román Riquelme, quien recién llegaba al equipo xeneize, el cual es uno de los más importantes de Argentina; la envergadura que tiene no lo hizo dudar y pidió a la directiva que le abrieran la puerta de salida, en una decisión que hoy agradece.
"(Juan Román Riquelme) me dijo que quería que volviera, y cuando me lo dijo no dudé. Le dije que quería estar ahí, hicimos todo lo posible para que se diera, tanto de mí parte como de su parte y se dio. Sabía que era un riesgo volver pero se trataba de riesgo hermoso, yo me críe acá, conozco el club, salí de acá", comentó el centrocampista a Fox Sports.
"Cuando llegué, Román me dijo que aprovechara este momento, me dijo que teníamos oportunidades de ganar el título. Sabe mucho de fútbol y se notó. Nos dijo que ganemos todo que si eso pasaba lo lograríamos porque contaba con que arriba perdieran puntos", complementó.
El mediocampista llegó a Boca a tomar de inmediato un sitio en el once de Miguel Ángel Russo, porque después de debutar ante Independiente el 26 de enero ya no soltó la titularidad hasta sumar siete participaciones en el torneo de liga argentino, además de que marcó un tanto, algo que en la Liga MX no pudo hacer.
Ahora, una vez sacudido el confeti del festejo, apunta a sumar más éxitos con el club porteño, con el que tiene firmado un préstamo de año y medio.
