Como un apasionado de la industria deportiva, estaba ansioso de saber cómo esta iba a superar los retos post pandemia, y los baches económicos que le ocasionó el 2020.
Parece que apenas fue ayer la aparición del SARS COV2, aunque para 2020 todos sabíamos de sus consecuencias. Porque la pandemia ha cambiado por el curso de la vida, y el deporte, siendo parte fundamental de ella, también se vio afectado. El 2021 era el regreso a la “normalidad” e iniciaba con esperanza.
Los enamorados del deporte queríamos regresar a los estadios para cantar un gol o simplemente ver a lo lejos cómo la gente volvía a enfundarse con los jerseys de su equipo.
Arrancó el año y fuimos testigos de grandes proezas de nuestros héroes. Vimos cómo Tigres accedió por primera vez a una final en el Mundial de Clubes, con un plantel lleno de figuras que le compitió al Bayern Munich.
En febrero vimos a Tom Brady, con 43 años, ganar su séptimo Super Bowl, mientras en nuestra querida Liga MX pasó lo inimaginable, pues Cruz Azul y Atlas al fin rompieron sus sequías.
El espectacular verano nos marcó con un sinfín de competiciones y emociones, con Tokyo 2020, Euro y Copa América. De ellos, me quedo con la Copa América por una sencilla razón: Lionel Messi, quien había fracasado varias veces con la Albiceleste e incluso había renunciado a ella. Pero en este verano finalmente calló detractores. Ver su rostro derramando lágrimas, mientras sus compañeros lo llenaban de abrazos fue mágico.
Y aquí me detengo, porque no importa si eres el mejor del mundo ni cuánto has ganado. Lo que vale es no rendirse, porque debemos reinventarnos, hacer las cosas diferentes, como Messi lo hizo.
2021 fue un año de recuperación y de entender cómo la vida cambió. Ahora se trata de que el 2022 sea el año de todos, en el que todos seamos Messi y luchemos por lo que anhelamos. Busquemos esa Copa. Feliz 2022.
Este contenido es parte del Anuario MT 2021 que podrás encontrar impreso el próximo 3 de enero.
