Todo parecía muy lejano, hasta que el virus llegó a Italia, a finales de enero detectaron los primeros casos, pero en febrero en Lombardía, inicio el verdadero foco de infección en masas, que se propagó por Europa.
Les voy a compartir mi experiencia viviendo en Salamanca, y es que, en España el viernes 13 de marzo, quitando las supersticiones, el presidente de gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba el estado de alarma por segunda vez en la historia del país como medida excepcional de la pandemia ocasionada por el COVID-19 y que se implementaría desde el día siguiente, sábado 14 de marzo, dando inicio a una crisis alarmante para todo el país.
Previo a este comunicado, los casos de contagio en Madrid y el país Vasco ya eran una realidad y cada día aumentaba el porcentaje de contagio en la población y los casos de muerte empezaron a desatarse.
En periódico, radio, televisión y plataformas digitales alertaban a todo el país para que cada ciudad implementara sus respectivas medidas preventivas, ya que esto apenas comenzaba y el foco de contagio estaba latente, a pesar de esto en Salamanca se escuchaba la vox populi: “A Castilla y León nunca llegan estas cosas”, por lo que continuamos con nuestra vida normal a sabiendas de lo que estaba pasando; esto hasta que el gobierno lanzó el comunicado oficial de que el país se encontraba en estado de alarma y que debíamos de guardar cuarentena.
En Salamanca, todo cambio de un día para otro, se acabaron los paseos por la plaza mayor, la tarde en los parques con nuestros hijos y el mar de gente que siempre se veía por la catedral, y es que ya no se podía salir de casa.
El cierre de fronteras terrestres era una realidad, el control en las fronteras es estricto para evitar la expansión del virus.
En lo personal, me sorprende la reacción de los españoles, actuando con total responsabilidad, el comunicado en estado de alarma se publicó y la mayoría de las personas decidieron quedarse en casa como medida preventiva, de la misma forma, restaurantes, bares, empresas, hasta clubes deportivos cerraron sus puertas hasta nuevo aviso con intención de acatar la norma propuesta por el gobierno y romper con esa cadena de contagios.
Si no presentamos ningún síntoma, tenemos libertad de salir de casa únicamente para cubrir necesidades básicas como lo son: las visitas al supermercado, farmacia, gasolinera, entre otros, llevando identificación y comprobantes de pago por si lo llegan a pedir, todo esto se tiene que hacer de manera individual, respetando las medidas preventivas que cada lugar tiene, de la misma forma, las multas ya se hicieron notar, y es que en todo el mundo hay personas que no logran dimensionar la magnitud de la situación, pero honestamente las medidas preventivas que se han tomado en España me parece que son las indicadas para afrontar dicha situación.
Si damos una vista rápida al ámbito laboral, puedo compartirles que la campaña #YoMeQuedoEnCasa lleva entre líneas al ERTE, el cuál ampara a todos los desempleados, pero con parcialidades.
En el caso de Merkatus, mi agencia de marketing, estamos resistiendo la crisis al igual que otros negocios digitales debido a que en oficina o haciendo home office se puede continuar con la actividad, pero el problema global es que no todo cuentan con transformación digital en sus negocios.
El respaldo del gobierno y un pueblo responsable por la salud de toda la ciudad “contagian” buenos hábitos, esto debería ser una medida normal por parte del gobierno ante una crisis como esta, pero lamentablemente en México no es así, el gobierno tibio que tenemos y la gran mayoría de la población, que no dimensiona la gravedad del asunto, crea una combinación alarmante para el país.
En México, tienen diferentes focos de infección activos hasta el momento, festivales realizados el fin de semana pasado, eventos infantiles, vida nocturna y contacto social en términos generales que provocan la propagación del virus en esta y la próxima semana, la gravedad de este asunto es que el gobierno no se manifiesta y el pueblo no es consciente de lo que esta a punto de enfrentar.
Las instituciones deportivas, educativas y empresariales ya están tomando sus respectivas medidas preventivas, pero tienen que implicarse todos los sectores, inclusive las unidades familiares, y es que todos los mexicanos debemos ser conscientes de lo que estamos viviendo y, sobre todo, de la responsabilidad que tenemos en nuestras manos.
Yo les comparto mi experiencia de lo vivido en España, la evolución que el COVID-19 ha tenido, como han sido las reacciones del gobierno y de la población y como hemos visto cambiar nuestras vidas de un día para otro.