A veces la línea entre 'el ser' y el 'deber ser' es tan delgada, que perdemos la percepción real de las cosas. En nuestra mente sabemos claramente cómo deben ser las cosas, sin embargo, al momento de ejecutar las ideas, factores o agentes externos transforman el 'deber ser' en un claro 'ser', por más incorrecto que nos parezca.
A tres semanas del inicio de la temporada regular, hay un par de equipos que se encuentran en esa encrucijada, misma que los pone en riesgo de no tener presentes al arranque de temporada a sus jugadores clave en la ofensiva.
Si tomamos en cuenta que ese riesgo pone en el reflector a uno de los equipos más mediáticos de la liga, se magnifica de sobremanera, pues al tratarse de los Cowboys, las cosas siempre son más complicadas y es ahí donde debemos distinguir el 'ser', del 'deber ser'.
¿Debe ser Dak Prescott el quarterback mejor pagado de la NFL? En principio, la respuesta sería que no ¿Por qué no? Simplemente porque al ver su desempeño y complementarlo con sus estadísticas, no son de un quarterback que merezca ese tipo de dinero; no obstante, si dejamos a un lado el tema estadístico y de percepción que es el “deber ser”, Prescott encuentra una coyuntura perfecta para demandar ese codiciado salario de $40 Millones de dólares anuales, pues de entrada, el mercado está cada vez más inflado, además del añadido que significa la extensión de contrato firmada por Russell Wilson en la primavera, además de ese pequeño tema que significa empezar la temporada sin tu quarterback titular. Así que reitero la pregunta: ¿debe ser Dak el mejor pagado? En un mundo ideal, probablemente no, pero esa delgada línea entre lo que debe ser y lo que es, pone al número 4 de los Vaqueros en pie de firmar una muy jugosa extensión de contrato, convirtiéndose así -hasta que llegue otro jugador a quitarle el puesto- como el mejor pagado de la Liga.
Otro ejemplo, curiosamente en el mismo equipo, es el de Ezekiel Elliott ¿Debe ser el corredor mejor pagado de la NFL? La respuesta es un rotundo sí. Por números e importancia en su equipo, Zeke merece todo lo que pide, sin embargo, él es víctima de una circunstancia distinta a la de su quarterback, ya que la oficina frontal del equipo toma como referencia el último contrato firmado por un corredor estelar, el de Le’Veon Bell, mientras que Elliott busca dinero más cercano a lo que gana Todd Gurley, por lo que, y a diferencia del ejemplo arriba citado, aquí el “ser” se aleja del 'deber ser', pues la coyuntura de tiempo y mercado se dio de forma distinta. A pesar de eso y tomando en cuenta lo que significa el número 21 para el equipo de la Estrella Solitaria, no dudo que Jerry Jones decida abrir la chequera y darle lo que pide, antes de que una crisis se avecine.
Si 'deber ser', o si 'es', el mercado en la NFL está cada vez más cerca de volverse una burbuja a punto de estallar, la fecha límite, el 2021, fecha en que se negociará el nuevo contrato colectivo de trabajo con la Asociación de Jugadores (NFLPA).
