Luego de no alcanzar sus representantes un acuerdo con la directiva del Club Guadalajara para rescindir sus respectivos contratos, los jugadores Alexis Vega y Cristian “Chicote” Calderón reportaron con el primer equipo, junto con el juvenil Raúl Martínez, tras ser separados hace dos semanas por cometer actos de indisciplina después del juego ante Toluca.
Se supone que la dirigencia rojiblanca estaba dispuesta a terminar legalmente la relación laboral con dos de los tres infractores, específicamente con Vega y Calderón, pero ante la negativa y nula flexibilidad de la empresa Pritzgroupque, que los representa a ambos, se optó por reincorporarlos para evitar un tema reglamentario ante FIFA o alguna demanda de los propios jugadores.
Aunque la razón podría asistir al Rebaño para romper con los indisciplinados, siempre se buscó llegar a un acuerdo con quienes llevan sus destinos fuera de las canchas, pero, como era de esperarse, querían que se les pagara íntegro el tiempo que resta a los contratos de los jugadores, por ejemplo, a Calderón le queda hasta diciembre próximo y a Vega aún tiene ocho meses más.
Trascendió que el club, mediante su área jurídica, habría propuesto sólo cubrir un porcentaje de ambos acuerdos, pero Pritzgroup no habría aceptado este plan de pago, motivo por el cual los jugadores fueron reincorporados para que cumplan con sus respectivos contratos, aunque no se sabe si serán utilizados por el técnico serbio Veljko Paunovic.
Otro de los puntos que envuelven toda esta situación, es que tanto Alexis Vega como Cristian “Chicote” Calderón se habrían sentido incómodos y exhibidos porque la directiva hizo público que cometieron indisciplinas que atentaron contra los reglamentos internos del club, ya que ellos, consideraron que no era necesario que se les expusiera ante la afición.
Es decir que además de tratarse de jugadores reincidentes en este tipo de acciones y actitudes, los “pobres” se ofendieron porque se puso a la luz de los fanáticos y la crítica, sus comportamientos nada profesionales ni éticos; pareciera que ellos hubieran preferido la nada agradable y desgastada frase del futbol que las cosas de vestidor se quedan en el vestidor, como si lo que hicieron fuera un tema menor.
En Chivas, este tipo de situaciones se han convertido en recurrentes en los años recientes, y pareciera que Vega y Calderón no han aprendido de esas vergonzosas lecciones, ni tampoco entienden su papel como figuras públicas y deportistas de alto rendimiento, pero para su fortuna, la posición que tienen como parte de los pasivos más costosos para el club, es lo que por ahora los salva de ser corridos de manera definitiva.