Futbol
Gerardo Galindo
Columna de Gerardo Galindo Gerardo Galindo

Ecos e historias del Apertura 2004

Ciudad de México

Para bien o para mal, la historia es esa parte de la vida que te recuerda lo malo, lo bueno, y principalmente lo que tienes que corregir para aprender (aunque esto último sea lo más difícil). El Apertura 2004 es un gran ejemplo de ello.

Lo malo

Este fin de semana se presentó un fenómeno que no veíamos desde hace 15 años y que no esperábamos ver de nuevo: jugadores del Veracruz estáticos en los primeros minutos de un partido, como medida simbólica de descontento por diferencias contractuales con su directiva.

En ese entonces, el 2004, el contexto era muy distinto para los del puerto: eran líderes generales y estaban comandados por el Tiburón Blanco. Con 35 puntos y siendo la última jornada, el motivo para no pisar el césped era la negativa de la Liga a no cambiarles su horario de juego contra Jaguares de Chiapas (curiosamente otros felinos al igual que Tigres), debido al intenso calor del medio día. Aunque Veracruz perdió por default ese partido 2-0, pasó a la Liguilla pero fue eliminado en primera ronda ante Pumas. Ser el primer lugar general les permitía ese tipo de decisiones, hoy, siendo últimos en la tabla, la decisión era temeraria y apelaba a la “solidaridad” de Tigres. Ya sabemos qué pasó.

Lo bueno

Recordar es volver a vivir y este 2019 se cumplen 15 años de ese Apertura 2004 y del equipo azul y oro que hizo historia en México. Aunque en Pumas llegábamos como último clasificado a la fase final del torneo, la Liguilla no dejaba de ilusionarnos, pues era la oportunidad para buscar lo que más tarde llegaría: el bicampeonato.

La primera ronda era un “David vs Goliath”, Pumas vs Veracruz, y terminó justo como cuenta la historia. Siendo lugar 8 vencimos al líder del torneo y ello nos dio un impulso para creer que todo era posible y lo fue. Después, las victorias de Ida y Vuelta en Semifinales ante el Atlas nos permitieron avanzar a la Final contra Monterrey y llegar con gran actitud, buen juego y el sueño intacto de volver a ser campeón. Con el silbatazo final llegó la victoria felina, momento que será recordado por muchos años y más por quienes lo vivimos en el campo.

Lo de Veracruz y Pumas en el Apertura 2004 fueron dos situaciones distintas que se entrelazan entre la última jornada y la Liguilla, y resultaron con finales inesperados. Dos historias que hacen eco en 2019 y de las que es necesario aprender, con el deseo o no, de poderlas cambiar o repetir. En el caso de Veracruz, su situación exige marcar un precedente en la relación jugadores-directiva, la cual nos debe llevar a buscar siempre el respeto a los derechos del futbolista y se les tome más en cuenta como seres humanos; en el caso de Pumas, ese equipo y esa Liguilla nos enseñan que cuando se suman garra, espíritu y se da total apoyo a jugadores se pueden lograr hazañas épicas, aún pasando como el lugar 8 de la tabla.

Mediotiempo

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