Chivas tiene servida la mesa; en la Final de Vuelta contará con estadio, público y equipo, más 90 minutos para liquidar un Torneo Clausura 2023 de ensueño, un título inimaginable, pero que fue labrando partido a partido hasta amasar un desempeño futbolístico que, combinado con el deseo de ganar, acabarán por empujarlo hacia la 13.
Claro, Tigres tiene oportunidad, pero dejó ir gran parte de su bono deportivo en la Final de Ida, en la que no careció de propuesta, pero sí de imaginación para trabajarlo minuto a minuto y dar con alguna ventaja que le otorgara confort de cara a la definición de la Serie.
Acá no se trata de jugarla a Mhoni Vidente; cualquiera juega al azar con el destino, como lo hace la afamada adivina. Acá se trata de de agregar a la fórmula un elemento que juega en la Final del Torneo Clausura 2023: el deseo de darle alcance al acérrimo rival del futbol mexicano.
¿O alguien duda que ese sería el cántico que se entonaría en las celebraciones, de ganar Chivas? (como creo que ocurrirá). En la Vuelta el equipo de Veljko Paunovic será lo que ha sido esencialmente, lo que fue ante América en la Vuelta de las Semifinales, un kamikaze rojiblanco. Lo será, porque es a lo que impulsa al Rebaño Sagrado.
Tigres perdió la noche del jueves el título en el Estadio Universitario, el resultado del clásico sentimiento del deber cumplido que se apoderó de un técnico del que no se esperaba nada, nada más que cumplir con una Fase Regular que se daba por perdida. Y lo hizo.
El domingo nos escribimos, tras al silbatazo final en lo que será una fiesta en el Estadio Akron, que se prolongará en La Minerva.
El de anoche fue un Tigres que no supo resolver el primer episodio ante un compacto Chivas, que mostró más madurez que el más experimentado de los universitarios, con lo que le dejó servido el título el que se convertirá el campeón.
