Futbol
Nicolás Romay
Columna de Nicolás Romay Nicolás Romay

Los dueños han roto la Liga

Ciudad de México

El sistema está roto, lo rompieron los dueños. La Liga MX está viviendo, de nueva cuenta, un episodio bochornoso y que atenta contra la premisa del deporte: competir.

Nos hemos acostumbrado a que lo que no se gana en la cancha se puede conseguir en el escritorio. Así se ha manejado el futbol mexicano en los últimos años. Las piezas se mueven dependiendo que convenga y nadie dice nada, pues nunca saben cuando lo va a necesitar.

El problema es de fondo. Seguramente el proyecto de Juárez es mejor que el de Lobos BUAP, sin embargo no hay un solo argumento deportivo como para que el equipo de la frontera juegue en primera división.

El presidente de la Liga MX, Enrique Bonilla, no tiene autoridad. Su trabajo es cuidar los intereses de los dueños y no los del futbol mexicano. Nunca ha tomado una decisión pensando en lo deportivo y a pesar de que es consiente de que el reglamento esta diseñado para manipularse, sigue defendiendo lo indefendible.

Soy consiente que el futbol es un negocio, uno muy bueno, sin embargo para la buena o mala suerte de todos los dueños, es de interés publico, eso hace que cada una des sus decisiones siempre sea cuestionada, pues al final, no solamente están jugando con su dinero sino con las emociones y sentimientos de muchísima gente, que al final, es lo que mantiene el negocio.

No se disfruta ganar y no se sufre el perder, porque lo que pasa en la cancha no es lo definitivo. Nunca sabes con que te puedes encontrar. Las reglas cambian. Sin embargo, el golpe de realidad llega cuando competimos en torneos internacionales en donde estos grises en el reglamento no existen. Seguramente si se pudiera pagar por jugar unos cuartos de final del mundial, ya lo hubiéramos hecho, a eso nos han acostumbrado. Vámonos, que la pasen bien.


Mediotiempo

Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MEDIOTIEMPO S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.

INICIA LA CONVERSACIÓN