América mantiene las puertas abiertas para sus jugadores, aunque sigue a la espera de la respuesta del representante de Brian Rodríguez, quien, dicho sea de paso, quiere quedarse y seguir en el club. El representante no ha contestado a la última propuesta del equipo de Coapa y, mientras eso ocurría, llegó una oferta del equipo inglés Ipswich Town por Sebastián Cáceres para compra definitiva.
Esta propuesta entusiasmó al central uruguayo, que desde hace tiempo ha buscado salir al balompié europeo. Sin embargo, como suele ser en un primer acercamiento, se quedó lejos de las pretensiones del club y del jugador. Por ello, América, en busca de ayudar al futbolista a cumplir su sueño europeo, envió una contrapropuesta favorable para el jugador, el club inglés y los de Coapa; una propuesta que busca que las tres partes cedan para que Cáceres juegue en Europa.
La oferta que llegó a las oficinas del América es baja, por lo que, tras platicarlo con el jugador, decidieron enviar una contrapropuesta y ahora están a la espera de que contesten a favor.
Sebastián le ha hecho saber a su actual equipo que está cómodo y feliz en Coapa, pero al mismo tiempo les ha pedido que, si llega una oferta que le convenga y con una propuesta deportiva atractiva, la tomaran, consciente de que necesita jugar los casi nueve meses que faltan para la Copa del Mundo y así poder pelear por un lugar en la lista final.
Se trata de una oferta que no ronda los 10 millones de dólares, pero que podría permitir al jugador cumplir su objetivo, por lo que ahora están a la espera de la respuesta para ver si hace maletas rumbo a Inglaterra.
El mal no es el árbitro, sino el escritorio
El problema del arbitraje mexicano no radica en si un silbante le marcó siete penales al América, si otro dejó de marcar uno para que Chivas fuera campeón, o si el camino del Atlas al bicampeonato estuvo lleno de polémica. Ejemplos hay miles. El verdadero problema es el manejo histórico de la Comisión de Arbitraje.
Desde que los silbantes levantaron la mano y se opusieron a pitar una jornada, la silla principal de la FMF los ha visto como enemigos, como personas no gratas, sin pensar que en los últimos años el arbitraje mexicano ha sido guiado por el amigo, el primo, el cuate o el conocido de algunos dueños, sin importar las relaciones con otros clubes, el conflicto de intereses en las designaciones o el hecho de que los compadrazgos están a la orden del día.
Hoy, el titular de dicho organismo no tiene la menor idea del trabajo arbitral ni de lo que vive un árbitro. Llegó por invitación del amigo del amigo, y eso se refleja en las designaciones de cada semana. Es increíble que árbitros con antecedentes inmediatos de polémica vuelvan a pitarle a esos mismos equipos, o que se busque exhibir y aniquilar a un silbante en lugar de congelarlo y enfriarlo un rato, como han hecho en su momento con César Ramos, Adonai Escobedo, Cantante Guerrero y otros, algunos incluso señalados y empujados al retiro.
Actualmente, y en los últimos años, la Comisión de Arbitraje parece estar a merced de los equipos. No olvidemos que algunos clubes hablan para pedir o elegir a sus silbantes, y otros de plano vetan árbitros para sus encuentros. Todo con tal de quedar bien con los verdaderos dueños del balompié mexicano, para no alborotar el avispero y evitar que su escritorio esté en tela de juicio en la siguiente Asamblea.
La Comisión no cuida a sus colegiados, los usa para protegerse y cuidarse. El remedio no es quitar árbitros o traer a un extranjero para que los prepare; el mal está en los escritorios de las principales cabezas del arbitraje mexicano y de la FMF, que siguen vigilando, controlando y teniendo la última voz en los temas importantes, aunque lo nieguen.
